“Era una persona que tenía muchos conflictos internos, traumas, complejos, me sentía solo, vacío, tenía carencia afectiva, mal carácter, estaba en los vicios desde los 15 años, consumía cocaína, marihuana, alcohol, tenía una vida destruida y las personas alrededor percibían eso, porque era un hombre mentiroso, infiel, miedoso, huía de los problemas.
Llegué al fondo del pozo, dormía en un cajero automático, e intenté quitarme la vida a raíz de todos los problemas, mi economía estaba destruida, perdí a la madre de mis hijos, me separé, mi familia se avergonzaba de mi porque robaba, incluso a ellos también. Todo lo que ganaba con mi trabajo lo gastaba en los vicios. Intenté cambiar, pero no le encontraba sentido a mi vida, recurrí a todo, a iglesias, filosofías, libros, todo lo que me decían yo lo hacía, ya no creía en nada.
Pero llegó a mis manos una invitación de la Universal, cuando llegué aquí, empecé a participar de las reuniones, entendí cómo debía usar mi fe, puse en práctica todo lo que me enseñaban y poco a poco mi vida fue cambiando, empecé a dormir, entendí que tenía una nueva oportunidad para mi vida. Superé los vicios, vencí la depresión, los miedos, no fue de un día para otro, pero gracias a Dios hoy mi vida está completamente transformada, soy un hombre diferente”.