Muchas personas usan la palabra “abuso” en el sentido de estupro; pero el verdadero significado abarca muchas otras áreas de la vida. El abuso emocional, generalmente, se da a través de ataques verbales, pero es mucho más que apenas una crítica o humillación. En realidad, no existe abuso físico, sexual o financiero sin que haya también abuso emocional. Todos ellos están estrechamente ligados entre sí. Ahí está el poder del agresor. Si él hiere a una mujer una vez y ella corre para protegerse; él puede atraerla de nuevo a través de la manipulación emocional. El trauma del abuso es tan profundo que la percepción sobre sí misma y del mundo se altera; y ella no consigue ver que está siendo manipulada. A través del abuso emocional, ambos entran en un estado de codependencia.
¿Qué es eso? La codependencia es un ciclo en el que AMBAS personas dependen una de la otra. El agresor manipula, pero la víctima también permite que el agresor continúe con su comportamiento destructivo. Y así, ambos se vuelven viciosos de una relación abusiva. Las personas se preguntan por qué una víctima optaría por quedarse con un hombre tan nocivo; sin embargo, una mujer que se encuentra involucrada en una relación de codependencia está convencida que no tiene otra opción. Ella generalmente se ve como una heroína y no como una víctima -alguien que Dios colocó en la vida de él para “salvarlo”. Pero, nadie está siendo rescatado; algo que se puede comprobar claramente por los años de infelicidad. Lo que sucede de hecho es que ambos son absorbidos por un agujero de culpa emocional y acusaciones. Dé una mirada en esta lista y vea si consigue identificar cualidades que la describen.
Algunos síntomas de una persona codependiente:
1. Se siente responsable por los sentimientos, pensamientos, acciones, elecciones, deseos, necesidades, bienestar y destino de otras personas.
2. Siente ansiedad, pena y culpa cuando otras personas tienen un problema.
3. Se siente en el deber -casi en la obligación- de resolver los problemas de otras personas tales como: ofrecer consejos no deseados, comprar lo que ellas quieren o apaciguar su humor.
4. Prevé las necesidades de los demás y se queda preguntando por qué las otras personas no hacen lo mismo.
5. Se queda molesta cuando las personas no hacen las cosas para sí mismas y se siente obligada a hacer por ellas lo que ellas mismas no quieren hacer.
6. Se dice a sí misma que sus propios deseos o necesidades no son importantes.
7. Se siente más ofendida por las injusticias cometidas contra otras personas que las injusticias cometidas contra sí misma (mentalidad de víctima).
8. Se siente más segura al dar.
9. Se siente insegura o culpable cuando alguien le da algo.
10. Se siente atraída por personas carentes y cree que las personas carentes se sienten atraídas por ella también.
11. Se siente aburrida, vacía y sin valor si no tiene una crisis, un problema para resolver o alguien para ayudar.
12. Se compromete a hacer más de lo que puede -no sabe decir no.
13. Culpa a los demás por sus dificultades y sentimientos negativos.
14. Se siente enojada, victimizada, mal amada y usada.
15. No entiende por qué los demás no tienen paciencia o se enojan con ella a causa de todas las características de arriba.
No todas las mujeres codependientes tienen todos estos síntomas y no todas las mujeres que fueron víctimas de abuso se transforman en manipuladoras -aunque eso suceda con muchas. Por más que ellas odien el abuso, muchas terminan abusando de las personas que están a su alrededor. Algunas se culpan y se martirizan con la tarea inalcanzable de hacer a todo el mundo feliz mientras que ellas se van consumiendo y van quedando exhaustas. Son mujeres buenas, mujeres trabajadoras, que aman a Dios; pero que precisan de ayuda para salir de este ciclo. Usted puede ser una de ellas. Por eso, si necesita ayuda; siéntase a gusto para ponerse en contacto con el Proyecto Rahab de su localidad.