La indiscreción es un factor que afecta a muchísimas mujeres. Actualmente es más evidente porque la misma está más expuesta al interactuar de otra manera con el entorno.
Lamentablemente, va en aumento el número de mujeres que son tildadas de indiscretas por no saber guardar un secreto o por decir todo lo que les parece sin que sea necesario.
Al hablar no son moderadas, prudentes ni sensatas y al actuar tampoco. Hablan demasiado, en un tono completamente inadecuado que termina faltándose el respeto y faltándole a sus semejantes. Además, la mujer indiscreta suele vestirse de manera llamativa, es fastidiosa, orgullosa, exagerada y suele estar siempre alterada, siendo así, por más bonita que sea, se vuelve ordinaria y vulgar.
La discreción es una cualidad que nos hace ser como una valiosa joya. La mujer discreta se caracteriza por medirse al hablar; usar la palabra justa en el lugar y el momento correctos; vestirse delicada y elegantemente sin gastar mucho dinero; actuar con madurez y prudencia demostrando el valor agregado que tiene.
Esa es la descripción de una mujer virtuosa.
Ahora imagina una joya preciosa que se encuentra sucia.
Nadie podrá ver su belleza ni apreciar su valor, eso es lo que sucede con la mujer indiscreta. Ella puede tener muchas cualidades pero su indiscreción la afea, sin mencionar que es imposible confiar en ella.
Probablemente se ha dado cuenta que es esa mujer indiscreta, en uno u otro aspecto, de ser así las invito a modificar esos malos hábitos. No es tarde para cambiar. Tome la decisión hoy mismo y glorifique el nombre de Dios.
Según la Palabra de Dios la mujer discreta no es menos, no es tímida, es mansa al hablar, no necesita llamar la atención jactándose de esto o de aquello, ella se gloría en que vean el brillo del Señor Jesús en sus ojos. La mujer discreta tiene el objetivo de glorificar al Señor con su comportamiento.
Amigas, vamos a ocuparnos de nosotras, démosle un giro a nuestras vidas, abandonemos los comportamientos nocivos y seamos mujeres discretas con un comportamiento ejemplar.
Si es demasiado curiosa, la mujer que quiere saberlo todo, cuánto pagó, dónde lo compró, quién es esa persona, quiere enterarse, le gusta acumular información y es chismosa. Este tipo de comportamiento hace que la mujer se vuelva indiscreta.
Si es jactanciosa, le gusta jactarse de lo que ha logrado. No deja de hablar sobre lo que tiene, pretende sus conquistas a los demás, no cesa de hablar de su novio o esposo. Quiere que todos sepan lo que sucede en torno a ella. En una conversación sólo habla de ella, no escucha a los demás.
Si tiene una mirada indiscreta, observa detenidamente el cabello, ropa, maquillaje, etc. de su amiga, de su vecina y de cualquier mujer que está cerca.
Este tipo de mujer suele juzgar a los demás por lo que hacen. Lo peor es que miran tanto a los demás y se olvidan de mirarse a sí misma.