Actualmente, tener una vida basada en las enseñanzas de la Palabra de Dios no es fácil. Esto exige del cristiano la renuncia sus deseos para hacer la voluntad del Señor y alcanzar Su Reino.
Los problemas, las adversidades, las emociones y las tentaciones surgen en el camino del individuo para debilitar su fe. Sin embargo, si su área espiritual está siempre protegida, nada va a derribarla.
Entonces, ¿Cómo protegerse para permanecer de pie en la caminata de la fe? La respuesta es estar atento de su comportamiento en todas las situaciones y siempre en comunicación con Dios, como está escrito en la Biblia Sagrada:
Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. Marcos 14:38
Primero, hay que entender que su espíritu y su corazón se alimentan de lo que usted oye y ve. Si usted está oyendo palabras de duda y desánimo, seguramente usted va a absorberlas y pasará a tener los mismos malos pensamientos. Lo mismo sucede si observa las actitudes negativas de otros: también será seducido a hacer lo mismo.
En el libro El Pan Nuestro para 365 Días, el Obispo Edir Macedo escribió que hay que seleccionar lo que entra por nuestros ojos y oídos. «Hágase de sordo y ciego para aquello que quiere desviar su foco. La promesa para los que no dejan entrar ninguna basura por sus ojos y oídos es una vida tranquila y de paz, de seguridad y certeza, de necesidades suplidas y protección.
Para ello, hay que estar siempre expresando su fe. «Porque cuando se sale del ambiente de fe se acaba entrando en el ambiente de duda y, consecuentemente, de la tentación», agregó.
De acuerdo con él, la distracción de la fe hace que el cristiano caiga poco a poco hasta morir espiritualmente. «Usted no puede relajarse en la fe nunca. Esto significa perder el aire que se respira para vivir. Imagínese sumergirse en el mar sin equipamiento, usted va a morir ahogado, por más fuerte, por más inteligente, por más capaz que usted sea. Lo mismo sucede con la fe. Sin la fe no somos capaces de defendernos «, comparó.
tenga cuidado
Una situación en la que hay que estar vigilante para mantenerse de pie espiritualmente es en la convivencia con las amistades. Es necesario escoger bien a las compañías para no estar involucrado en chismes, conversaciones vanas, peleas y actitudes equivocadas.
Su vida espiritual también puede acabar siendo afectada si usted se rinde a la tentación que le llevará a pecar. Por eso, busque más a Dios para no dar brecha a esa debilidad.
Otra circunstancia que intenta derribar al cristiano ocurre cuando se queda decepcionado con algo que oye o ve. Si este es su caso, entienda que usted tiene que ser más fuerte que la persona que lo debilitó para no poner en peligro su Salvación. Es necesario ignorar las emociones, como ejemplifica el obispo Macedo en su blog. «Utilizo mi cabeza, en vez de mi corazón, y veo que no vale la pena guardar el dolor de la persona y perder mi Salvación a causa de ella. Yo oro por la persona, pido que Dios me cambie y bendiga a esa persona. Lo que no puede pasar es que mi fe sea afectada por eso.
La consultora de negocios Stephany Simone García, de 28 años (foto abajo), decidió no tener «malos ojos» ante la situación que vivió tan pronto como se convirtió. «Yo estaba muy involucrada con la Obra de Dios y recibía críticas de mi padre. «Llegué a oír que yo me prostituía con los pastores», cuenta.
Para que esas palabras no sacudieran su fe, Stephany no refutaba. «Yo no reclamaba a los insultos. Cuando empecé a sentirme presionada, pasé a orar, ayunar y buscar más a Dios.
Hasta que un día, al llegar de la Iglesia, oyó de su padre que debía hacer una indecente elección. «Él me dijo: ‘usted elige: la Iglesia o mi casa. Si no sale de la Iglesia, puede irse que no la quiero.
Ella decidió salir de casa con su hijo, en el regazo, sin saber a dónde ir. Las circunstancias le mostraban que debía desistir. Sin embargo, ella recordaba cómo era su vida antes y, entonces, ignoraba los malos pensamientos. «Vinieron pensamientos como ‘usted dejó su familia’, ‘vaya a la Iglesia sólo una vez a la semana’. Pero ahí me recordaba que Jesús me había sacado de la enfermedad, de las drogas, del desempleo. Sabía que, si me rendía a aquellos pensamientos, mi vida volvería al fondo del pozo «, declaró.
En cuanto salió de casa, Stephany fue a vivir de favor en una residencia que se ubicaba a muchos kilómetros de la Universal que frecuentaba. A pesar de eso, ella no titubeaba en ir a las reuniones. «Era una hora de caminata. Pero fue la fase que más me acerqué a Dios, porque me exigió sacrificio. Incluso mi bautismo con el Espíritu Santo fue en esa época.
Para no debilitarse, ella leía más la Biblia, evangelizaba más y separaba más horas de su día para estar conectada a Dios. «Yo estaba segura de que, si yo no me alimentaba de Él, no soportaría la caminata para llegar hasta aquí», concluye.
Por lo tanto, no se deje llevar por las situaciones del mundo. Si se siente débil, en la inminencia de caer, vigile su comportamiento y se acerque más a Dios. «Obedezca al Señor y tenga conciencia de la fuerza que usted tiene para vencer a sí mismo», concluyó el Obispo Edir Macedo.