He aquí que Yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad. Isaías 43:19
Al reflexionar sobre la Grandeza del Dios Altísimo, sobre cómo Él creó de manera tan magnífica todo lo que existe en los Cielos y en la Tierra, las cosas visibles e invisibles, y la gran diversidad de Sus obras, nos imaginamos si existe algo más a ser creado.
Él mismo responde:
He aquí que Yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz…
¿Sabe lo que eso significa? ¡El Eterno creador no paró de trabajar! El mismo espíritu que rondaba sobre las aguas al principio de la Creación, ejecutando las palabras del Todopoderoso, continúa en plena actividad.
¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es el Señor, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni Se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. Isaías 40:28
¡Así es! ¡Él es incansable! Ya hizo cosas extraordinarias, pero quiere hacer mucho más todavía en la vida de los que creen de hecho y de verdad, de los que están dispuestos a oír y a responder a Su llamado.
El Espíritu Santo fortalece al que está cansado de tantas injusticias y decepciones y refuerza al que no tiene ningún vigor.
Ciertamente, cuando las puertas del Templo de Salomón se abran, sucederán cosas muy grandes, pero la mayor gloria será la presencia de nuestro Dios sobre todos los que Lo busquen ese gran día.
Será imposible que alguien, por más duro de corazón que sea, no sea tocado por nuestro Señor Jesús.
Todo el Templo será tomado por el suave perfume del Espíritu de nuestro Dios.
Será como el rocío que cae del cielo, o como la lluvia que cae sobre la tierra seca. ¡¡¡Ah, qué día!!!
¡El Señor nuestro Dios nos traerá el gran alivio, la alegría y el gozo para nuestra alma! Él nos honrará, pues Se ha agradado de nosotros, ya que todo ha sido hecho para Su exclusiva Gloria.