Hacerse el sordo.
La herramienta más poderosa que una pareja posee es el diálogo. Cuando esa herramienta no es utilizada, difícilmente la pareja podrá vencer los desafíos impuestos por el día a día.
Estrangular la libertad.
No te confundas: un matrimonio necesita libertad individual, pero la libertad no es privacidad. No hay privacidad en un matrimonio.
No saber aplicar el amor.
Sí, el amor es importante en un matrimonio, pero es necesario saber aplicarlo. Esa es una lección más que fue dada por el propio Señor Jesús: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente… Amarás a tu prójimo como a ti mismo…” Mateo 22:36-40.
Si identificaste estos errores, está bien, pues sabrás por dónde empezar. Pero qué hacer frente a cada situación es algo que puedes aprender en la Terapia del Amor.
Entonces, ¿cómo evitar que estas 3 señales estén presentes en tu matrimonio? La respuesta es llevando al Autor del amor hacia él.
Tras ser traicionada, dejé de creer en el amor…
Sentí un vacío enorme dentro de mí y, por si fuera poco, mi madre tenía un grave problema de salud, que la llevó a la muerte.
Después de la decepción de ser traicionada por mi primer novio, con quien estaba a punto de casarme, me volví una persona muy cerrada y ya no confiaba en nadie. La raíz de todo este problema empezó en mi familia, ya que mi madre ya había sido traicionada por mi padre. ¡Y sufrí mucho con toda esta situación!
Mi hermano, quien ya frecuentaba la Iglesia Universal, me invitó a una reunión y decidí ir. Hice las cadenas de liberación y, después de ser liberada, busqué recibir el bautismo del Espíritu Santo.
Después de eso, mi vida sentimental ya no me afectó, así que me entregué al 100% en el altar.
Hoy soy una persona nueva, ya no tengo ese vacío dentro de mí, recibí el Espíritu Santo y puedo decir que conocí a Dios. Mientras tanto, encontré a mi esposo en la Iglesia, me casé y ahora estoy completamente realizada.
•• Sra. Alda junto a su esposo