Es verdad que el 2020 fue un año difícil en todos los sectores en Ecuador y en el mundo, debido a la pandemia. Muchos incluso intentaron hacer realidad un sueño, pero fracasaron. Otros perdieron lo que ya habían logrado.
Entonces, ¿cómo encuentras la fuerza para superar los desafíos que surgen en medio del camino? La respuesta es simple: a través de la Fe inteligente en Dios, que muchos desconocen o ignoran.
La grandeza de la fe
David enfrentaba a sus enemigos: “Entonces dijo David al listeo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre del Señor de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado.” 1 Samuel 17:45.
La Fe ve lo que nadie más ve, pues los problemas que parecen imposibles, en realidad son combustible para que la Fe permanezca activa. Es en situaciones difíciles que Dios muestra Su poder.
El joven David, al enfrentarse al gigante Goliat, sabía que humanamente era imposible ganar ese duelo, pero él haría incuestionable la victoria sobrenatural, tanto que se enfrentó al gigante con palabras que no coincidían con su condición humana.
David tomó la decisión de enfrentarse al gigante armado apenas con una piedra, una honda y su Fe. Estaba armado con la certeza de que Dios estaba con él y le daría la victoria. Era vida o muerte.
La fe es el arma pesada a nuestra disposición. Es capaz de hacer lo imposible; materializar lo invisible. Es capaz de derribar barreras, fortalecer a los débiles. La fe es capaz de hacer prosperar a los que por mucha razones viven en la escasez.
“La fe me sacó de la frustración en la que vivía”
«Mi vida era un fracaso, no encontraba una forma para salir adelante; caí en la depresión, mi carácter cambió. Ya no tenía más esa alegría de ver a mi familia, por lo contrario, me molestaba su presencia. No nos faltaba que comer, pero mis negocios sufrieron un gran golpe, no había progreso.
Un cambio de vida surgió cuando fuimos invitados a participar en la Nación de Vencedores en la Iglesia Universal. Así fui venciendo los desafíos, Dios me dio una nueva visión, pasé a practicar una fe que me llevó a conquistar primeramente la paz, así como también mi casa propia, mis negocios y recuperar lo que un día perdí.»