Todos tienen un sueño a realizar en su vida económica y profesional. Sin embargo, la mayoría no consigue sacarlo del papel y convertirlo en algo real y palpable. Miedo, inseguridad, dudas, entre otros obstáculos impiden que él se haga realidad. Pero el tiempo pasa y muchos se quedan parados y van dejando la realización de ese sueño cada vez más distante.
Entienda: para que haya un cambio en su vida económica es necesario tener actitud y colocar en práctica las ideas y direcciones que Dios le da, de lo contrario, este sueño será enterrado en el cementerio junto a usted.
Hace miles de años atrás la historia de un hombre llamado José, hijo de Jacob, dejó valiosas lecciones para los que desean volver un sueño realidad. José vivió años de injusticias, fue vendido como esclavo por los hermanos, preso injustamente, pero su fe y sueños continuaban vivos.
Con eso, podemos aprender que nunca se debe perder la fe ni dejar que entierren sus sueños, no importa lo que suceda. Pueden decir que usted no es capaz, pero aún así continúe luchando.
Nunca desista
A José le llevó 13 años hasta nalmente verse siendo honrado al volverse gobernador de Egipto, el país más poderoso del mundo en aquella época. O sea, un día, él se levantó siendo esclavo y al finalizar ese día, fue a dormir siendo gobernador.
En aquellos años se levantaron injusticias, luchas y persecuciones. Pero él no desistió y por causa de su perseverancia, fe, obediencia y fidelidad, su sueño se tornó realidad.
Dos actitudes importantísimas para que haya victoria:
• Fidelidad en cualquier situación
Aparecerán situaciones para que usted no sea el a Dios y a su meta, pero no se rinda. Fue por perseverar en la delidad, que Dios exaltó a José.
• Confíe, Dios tiene el control de todo
Recuerde siempre el ejemplo de José, que no murmuró, ni desistió, aún con todos los problemas que enfrentó.
¿Quiere aprender más sobre ese y otros asuntos? Participe de las reuniones del Congreso para el Progreso, todos los lunes, en el Templo de la Fe o puede asistir a la Iglesia Universal más cercana a usted.
“Vivía en un garaje…”
«A mi esposo sólo le alcanzaba para pagar un pequeño garaje, porque todo su dinero lo gastaba en vicios y con amigos.
Mi mamá me invitó para participar en el Congreso para el Progreso, donde aprendí a luchar por la realización de mis sueños, pues sólo Dios nos da poder para vencer cualquier situación. No desistí y hoy mi vida está restaurada, Dios bendijo mi familia, me dio equilibrio emocional y dejé de vivir de apariencia. Dios nos dio lo que nunca antes nos imaginábamos, casa, carros y estabilidad económica. «
• Sra. Graciela