Comprenda en este mensaje la importancia de participar de este propósito de fe. El Señor Jesús habla de la mente humana, que es el espíritu del mundo (Juan 3), por eso, es necesario que las personas se vuelvan nuevas criaturas. Dejen de ser “Jacob” para convertirse en “Israel” (Génesis 32).
En la Biblia, está escrito: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” Romanos 12: 2
Porque, en cuanto eso no suceda, las personas cargan dentro de sí una mentalidad terrenal, que es conducida por los espíritus malignos.
Para este cambio, no basta apenas que la persona participe de las reuniones que se llevan a cabo en la Iglesia, haga parte de los grupos o cante alabanzas. Es necesario que ella tenga la mente de Cristo y ese será justamente el enfoque del Ayuno de Daniel en esta oportunidad.
Es por eso que en todas las Iglesias Universal, del 01 al 21 de agosto, comenzará el “Ayuno de Daniel: 21 días para tener la mente de Cristo”.
Quien no tiene la mente del Señor Jesús. no piensa como Él. Si usted tiene la mente del Señor Jesús, actuará y se comportará como Él delante de cualquier situación.
¿Qué hacer para recibir la mente de Cristo? Primero, debe desearlo, someterse a Él y ser humilde para recibir los pensamientos de Dios. Es como cualquier alumno que va para una escuela, se sienta y el profesor está al frente hablando. Si el alumno no entiende, él hará una pregunta.
Por eso, desde ya, prepárese para este período especial. Continúe acompañándonos por la Tv, Radio, redes sociales de la Iglesia para recibir más contenidos que le ayudarán en este objetivo.
“Pasé muchas noches sintiéndose angustiada y llena de resentimientos”.
Mi vida era un verdadero caos, no tenía ni siquiera una casa digna donde vivir, fiaba para que mis hijos pudieran comer, ni siquiera teníamos servicios básicos, era una humillación.
Sentimentalmente mi esposo pasaba más tiempo con otras mujeres y con amigos, había nes de semanas en que no llegaba a casa, incluso dormía en la calle, mientras que yo estaba en casa angustiada y llena de resentimiento.
Después de cierto tiempo me diagnosticaron miomas en el útero y eso me generaba hemorragias.
Cuando llegué a la Iglesia Universal, recibí todo el apoyo espiritual que necesitaba para aprender a usar mi fe apoyada en las promesas de Dios. A medida que el tiempo pasó fui obedeciendo y aceptando que necesitaba cambiar; perdoné, le pedí perdón a Dios, me bauticé en las aguas y mi vida empezó a cambiar.
Después pasé a entender la necesidad que todo ser humano tiene de recibir el Espíritu Santo, y sólo cuando Lo recibí pasé a ver las cosas y a las personas desde el punto de vista y mente de Dios, eso me llevó a luchar por cada miembro de mi familia, para que ellos también tuvieran la oportunidad de conocer al Dios Vivo.
Mi matrimonio fue restaurado, mi esposo cambió por completo, conquisté mi casa propia, adquirí todo lo que antes no tenía, emprendí mi propio negocio, luché por mis hijos y hoy toda la familia sirve a Dios.
•• Sra. María Ayoví