Autosabotaje o autoboicoteo es un proceso muchas veces inconsciente que pone a la persona en contra de sus propios pensamientos. Ella se interpone en su propio camino, incluso, se castiga, atrasa o impide una conquista.
Eso es común, aunque imperceptible para muchos y puede afectar devastadoramente la vida profesional. Es importante que el autosaboteador perciba la gravedad de la situación. El miedo de errar generalmente es el mayor saboteador, pero existen otras señales importantes.
Como usted se ve
La autoimagen que cultivamos tiene un papel fundamental para quebrar el ciclo de boicoteos. Pues la forma en como usted se ve, determina la cualidad de sus experiencias. Solamente por medio del autoconocimiento será capaz de identificar lo que lo motiva o lo que le incomoda.
Algunas señales de autosabotaje
Vicios: Se sabotea con el uso frecuente de drogas, alcohol o compulsión de comer.
Negatividad: Mira siempre para el lado negativo de cada situación y no aprovecha las conquistas y no ve el progreso.
Miedo de fallar: Tiene miedo constante de fallar y deja de asumir tareas porque cree que no sabrá desempeñarlas.
Procrastinación: Ella interfiere en la productividad y tiene un alto grado de estrés generado por apartarse de los objetivos.
Autosuficiencia exagerada: Querer asumir todo, hace que la persona se sienta en el control, pero sobrecargada, porque no delega funciones y su disculpa por el fracaso será “no pude abarcar con todo solo”.
Comparación con los otros: Eso hace que creamos en una inferioridad que nuestra mente crea, pero que no existe. Participe este lunes del Congreso para el Progreso y aprenda cómo vencer el autosabotaje en su vida financiera.
Por baja autoestima no creía en mí…
Crecí pensando que nadie me quería, por eso tenía baja autoestima. Cuando me comprometí experimenté la miseria, me endeudé, prestaba dinero y al no poder pagar me escondía de los cobradores. Siempre me cortaban los servicios básicos, no conseguía dormir a causa de la preocupación y una voz me incitaba al suicidio. Al llegar al Congreso, cambió mi visión y mentalidad, hice un pacto con la Palabra de Dios. Emprendí como modista: compré máquinas, pagué las deudas y los clientes fueron aumentando. Mi vida económica cambió totalmente. Ya no dependo de la autoestima, dependo de la fe. Dios me tornó una mujer segura y así vencí todas las dificultades que enfrentaba en mi vida financiera y personal.
•• Modista – Sany Chica