Sabías que el ayuno es una de las herramientas más poderosas de la fe inteligente? Es una práctica que revela la comunión con Dios, trayendo conocimiento y crecimiento espiritual. Fue el mismo Jesús quien enseñó a ayunar.
“Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.” Mateo 6:16-18
La privación de alimentos tiene un objetivo espiritual importante. El ayuno es una abstinencia total o parcial y su propósito es afligir el cuerpo físico para que el cuerpo espiritual gane más fuerza. No es que el cuerpo físico necesite ser castigado, pero cuando hay ayuno, el cuerpo espiritual está más desapegado y, en consecuencia, más apto para buscar algún tipo de respuesta de Dios.
Por eso se aconseja a todas las personas que deseen participar en la reunión de los Casos Imposibles que vengan en ayuno. Consideramos que el ayuno es una oración más ferviente que la que se hace con los labios. No hubo héroe de la fe que, en algún momento de su vida, no pidiera algo en ayuno, incluso el mismo Señor Jesús ayunó.
Participe todos los sábados en el Ayuno de los Casos Imposibles, en la Av. de Las Américas 305 o en la Iglesia Universal más cercana a su hogar.
LO IMPOSIBLE SE VOLVIÓ POSIBLE
Cuando llegué a la Iglesia Universal estaba involucrado en los vicios, sufría de depresión y tenía deseos de quitarme la vida, tiempo después de participar en las reuniones, aprendí a usar mi fe y fui libre de los males que me aquejaban.
Pero al ver mi vida financiera, me di cuenta que no estaba teniendo el éxito que yo esperaba, por eso, con la intención de combatir aquellos males que me tenían atado a la miseria empecé a participar de la reunión de los Casos Imposibles, esta lucha marcó un antes y un después en mí. Para vencer estos males empecé a orar y a ayunar; Dios no me desamparó y el milagro aconteció.
Hoy soy dueño de una productora artística con proyectos dentro y fuera del país, tengo mucho éxito, comprobé que con Dios lo imposible se vuelve posible.
•• Sr. Fabio Moreira