Si has estudiado un poco sobre las mujeres de la Biblia, ya debes saber que Jezabel era mala de la cabeza a los pies. Era hija de un rey fenicio que adoraba a Baal y trataba al Dios de Israel como apenas uno más entre los dioses inútiles de las naciones. Su nombre viene de una frase común en los rituales al culto de Baal; así que, cualquier persona que dijera su nombre estaría, en realidad, invocando al dios Baal. Ella era obstinada, y estaba determinada a borrar cualquier recuerdo del Dios de Israel y transformar al país en una nación que adorase solo a Baal.
¿Pero qué era la adoración a Baal? Era una religión en donde la adoración al ídolo exigía inmoralidad sexual. Las prostitutas del templo eran usadas y abusadas, tanto hétero como homosexualmente, como parte de los rituales para pedir a Baal que respondiese sus oraciones. Muchachos y chicas eran enviados al templo del dios-sol en donde vivirían y estarían disponibles para que los adoradores ofreciesen sus sacrificios y se entregasen a todas las formas de perversidad sexual con ellos para agradar a su dios. El culto a Baal también incluía el sacrificio no solo de animales, sino también de seres humanos. Muchas veces, bebés eran quemados vivos, así como jóvenes vírgenes. Sacerdotes y adoradores solían cortarse y mutilar sus cuerpos como ofrendas. Baal amaba la sangre de los inocentes, y prometía prosperidad y tierra fértil para el cultivo de cosechas abundantes. Jezabel estaba obsesionada con su religión y, simplemente, odiaba al Dios de Israel.
¿Por qué ella aparece en la Biblia en cinco capítulos diferentes? Porque estaba casada con Acab, el rey de Israel. Un rey ungido casándose con una mujer como esta es un triste ejemplo del poder destructivo del espíritu de Jezabel. La Biblia cuenta que Israel pasó siglos intentando ser fiel u obedecer a Dios, pero después caía, volvía a obedecer, y luego caía nuevamente… El pueblo de Israel sabía muy bien de Su poder y Su bondad, de la apertura del Mar Rojo y de la alianza con ellos en el Sinaí, pero la atracción de la inmoralidad sexual y la facilidad de vivir como quisiesen a cambio de riquezas era mucho para aquel pueblo de mente débil – ¡y el rey Acab no era diferente! La personalidad excesivamente sexual y arrogante de Jezabel la colocó en posición de co-monarca. Ninguna otra esposa de rey tuvo una posición tan dominante en Israel, pero el hambre de poder de Jezabel no se detenía por nada.
El espíritu de Jezabel aún se manifiesta, así como el dios de Baal aún es adorado en la sociedad moderna. Acompañen los próximos mensajes sobre cómo Jezabel aún está manifestándose de maneras muy reales a nuestro alrededor, y qué es lo que nosotras, mujeres de Dios, tenemos que hacer.