Todo cristiano conoce bien el primer gran mandamiento dado por Dios al pueblo de Israel, cuando éste salió de Egipto:
Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Mateo 22:37
Él está en la punta de la lengua de todos aquellos que profesan la fe en el Señor Jesús. Sin embargo, practicarlo requiere un perfecto entendimiento de lo que esto representa.
Hay otro pasaje que no deja duda sobre lo que significa:
El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará. Mateo 10.27-39
Amar a Dios de todo corazón, por lo tanto, significa hacerlo lo más importante que todo en su vida. Más que la esposa, el marido, los hijos, los padres, posición social, carrera, reputación, sueños personales e incluso más que la propia vida. Agradarle pasa a ser su principal objetivo. Todo lo que puede sacarlo de ese foco, por más que duela, usted se abre mano.
Mantenerse en la presencia de Dios y hacerlo el PRIMERO en nuestra vida requiere mucho más que un simple deseo, es necesario el SACRIFICIO DIARIO de la propia vida, como explica el Obispo Edir Macedo. «Porque ese es el tipo de amor que Dios ha delegado al ser humano. Porque grande fue Su aprecio por nosotros que tuvo que arrancar de dentro de sí mismo Su hijo, Jesús, y enviarlo al mundo para sufrir por la humanidad. Es decir, el Señor ha probado su amor por nosotros «.
Y, añade, que muchas veces Dios no manifiesta el poder de Él en nuestras vidas porque necesitamos estar con nuestros corazones completamente en Sus manos, lo que no siempre sucede.
Pero cuando la persona enfoca todo su amor en Dios, Él, a su vez, también enfoca en ella todo su amor y así se establece la estrecha relación entre Creador y criatura.
Es importante resaltar que es el Espíritu Santo es quien da condiciones al cristiano de amar a Dios sobre todas las cosas y para poseerlo dentro de sí es necesario, ante todo, considerar al Señor Jesús como su único Señor y Salvador.
Para estrechar su relación con Dios, participe en la reunión que se va a celebrar este miércoles, en la Av. de Las Américas 305, al Norte de Guayaquil o en una Iglesia Universal más cercana a su casa.