Con el enorme deseo de ayudar a los moradores de las calles de la parte céntrica de la ciudad de Guayaquil.
Antes de salir, el grupo realizó una oración para que Dios coloqué en sus caminos a personas necesitadas y que quieran cambiar de vida, así como también, para que Él guarde la vida de los mismos.
El recorrido fue realizado desde el Parque de la Victoria hasta la Bahía, encontrando por el camino a decenas de mendigos y personas que trabajan reciclando plásticos y papeles que son extraídos de la basura de las calles. En esta oportunidad se encontró a varios niños jugando en las calles, mientras los padres realizaban la labor de recicladores, a los cuales les fue ofrecido un refrigerio para alegrarles la dura infancia que les tocó vivir.
Palabras de animo y la oración de fe no faltaron en esta madrugada, pues los voluntarios de los Ángeles de la Calle son conscientes de que sólo Dios puede transformar esas vidas completamente.