Tenía fuertes dolores en el vientre. Tras ir al médico y realizarme varios exámenes me detectaron dos tumores en el ovario derecho, por lo cual debía someterme a una operación.
Comencé a sufrir con hemorragias, náuseas y vómitos, era una situación indignante para mí.
Como ya participaba en la Reunión de Fe y Milagros los domingos, apelé a la fe, llevé la botella con agua para ser consagrada, y cuando la tomaba determinaba que esa enfermedad saldría de mi cuerpo y así, como determiné, sucedió.
Me realicé nuevos exámenes y estos constataron que el milagro era un hecho, los síntomas cesaron y los tumores desaparecieron.
•• Sra. Clara Alejandro