Es cuando una persona se hace daño a sí misma a propósito (también llamada autoagresión o autolesión). Aunque al inicio estas lesiones pueden ser menores, muchas veces llegan al punto de ser graves, dejando cicatrices permanentes o causando serios problemas de salud. La automutilación también hace parte de la lista de los males espirituales, el único propósito del mal es llevarlo a la muerte. Si usted o un familiar sufre con este problema, no deje pasar más tiempo, decida ser libre de ese mal que le atormenta, le invitamos este viernes a participar en la reunión de liberación, y por la fe será libre de todos los males.
“ME LASTIMABA AUTOMUTILÁNDOME”
Toda mi vida estaba destruida debido a los problemas que estaban pasando en mi familia. Por causa de la infidelidad de mi padre, mi madre lo dejó y se convirtió en madre soltera. Tiempo después ella se volvió a casar, pero su nueva pareja tenía vicios de alcohol y drogas, que lo llevaban a maltratarla al extremo de mandarla al hospital. Los maltratos no pararon, yo ya no sabía qué más hacer y sentía que nadie me comprendía.
En busca de la felicidad que tanto deseaba, empecé a involucrarme en varias relaciones sentimentales, inclusive tuve una novia, pero nada llenaba el vacío que había en mí. Con el paso del tiempo, el odio y el rencor que sentía en contra de mis padres, solo crecía.
El dolor me llevó a autolesionarme, pensaba que de esa manera disminuiría el dolor que había en mi alma. Llegué a pensar que la muerte era la mejor solución para mis problemas. Encontré el n de mi sufrimiento, cuando empecé a participar en las reuniones de liberación que se hacen en la Iglesia Universal.
Allí fui liberada de todos los males, Dios llenó el vacío que había en mí y me dio de Su Espíritu, hoy conozco la fuente de donde nace la felicidad y la tengo dentro de mí.
•• Sherlyn García