Necesito mucho que usted sepa cuánto me ayudo.
Me convertí hace un año y estoy como candidata a obrera.
Estaba de novia con un muchacho hacía un año y medio, y lo ponía en primer lugar en mi vida.
Para mí, todas las mujeres eran una amenaza. Con 21 años, me sentía inferior a cualquier otra mujer. Para completar, él me provocaba celos cuando salíamos, miraba a otras mujeres y comentaba lo lindas que eran las mujeres que aparecían en la TV.
Todo eso me dejaba aún peor. Hasta que un amigo suyo le presentó a una amiga, él comenzó a conversar con ella diariamente y llegué a ver mensajes de los dos. Sin embargo, yo aceptaba esa humillación, pensando que era algo pasajero y que pronto él sería solo mío de nuevo. Esa situación me dejaba muy mal, peleábamos mucho y él me hacía sentir culpable, diciéndome que yo solo me quejaba.
Hasta el día en que me pidió un tiempo, me humillé, le pedí que volviéramos y nada. Por miedo a ver algo, lo bloqueé en el Facebook. Después de un mes de ese “nuestro tiempo”, cuando entré nuevamente en su página, ya estaba en una relación seria con ella. Todos los amigos y familiares felicitándolos y los dos confesándose enamorados.
¿Y yo? ¡Caí en depresión! Perdí 11 kilos en 2 meses, tomaba remedios para dormir y solo lloraba. Su respuesta fue que comenzaron a estar de novios solamente después de haber terminado conmigo. ¡Obvio que no!
Un día, casualmente viendo el programa Escuela del Amor, lo que más me llamó la atención fue usted. Su seguridad, su serenidad, su paz y su autoestima me hicieron querer ser como usted. Comencé a ver detenidamente sus videos y su biografía, empecé a leer el libro “Mejor que Comprar Zapatos”, lloré mucho porque contaba mi historia. Busqué una Universal, dejé de tomar remedios en una semana, y oré muuuuuuucho por ellos para arrancar el odio que había en mí. ¡Lo logré! Tuve un encuentro con Dios y en setiembre fui bautizada con el Espíritu Santo. Después de eso, él me buscó para pedirme que volviéramos y no quise, pues ya conocía mi valor.
Entré al desafío Godllywood y descubrí mucho acerca de mí. Hoy, Sra. Cristiane, cada vez que la veo pienso: quiero ser como ella cuando crezca. Usted se convirtió en mi referencia, me enseñó a valorarme, a vestirme, a cuidarme y a ser una mujer virtuosa. Además de presentarme, indirectamente, a mi madre Universal. Gracias por ser esa mujer de Dios. Tuve el placer de sacarme una foto con usted en la librería Cultura en San Pablo en el relanzamiento del libro, y quise abrazarla mucho.
La quiero mucho. Dios la bendiga.
Daiane Rocha