La brujería es un mal espiritual que va trabajando silenciosamente en la vida de la persona y con el paso del tiempo se van viendo los estragos que ocasiona.
Tal vez usted ya encontró en su casa o en su trabajo algo raro, como cabezas de gallina, fundas con tierra o alguna cosa extraña y a partir de ese momento tal vez usted cayó enfermo(a), su negocio se fue a la quiebra, su matrimonio se destruyó, etc.
Con el fin de librarse de ese mal realizado, usted fue donde un brujo para hacerse una “limpia” creyendo así que su problema se resolvería, pero eso NO fue lo que sucedió, todo lo contrario, su situación empeoró por completo, ahora oye voces, ve bultos, sufre de depresión, no puede dormir por las noches, cree que todo el mundo lo quiere perjudicar, se siente triste, vacío, inseguro, etc.
Otros factores que lo llevan a participar de rituales, limpias y lectura de cartas son la envidia, mala suerte, falta de clientes, infidelidad en el matrimonio, etc., todo eso con el n de obtener la felicidad, prosperidad, estatus económico y a la persona deseada.
Cuando usted va donde un brujo, inocentemente creyendo que va a encontrar una solución a su problema, este se transforma en algo peor.
El único que puede verdaderamente liberar su vida de los males espirituales que le han atormentado, es Dios.
Porque escrito está: “Pondré fin a toda la brujería…” Miqueas 5:12
»Todo empezó desde que encontré unos huevos quebrados en mi carro, el sufrimiento tomó cuenta de mí, no podía estar tranquila, pensaba que las personas aún sin conocerme me tenían envidia, sufría con depresión, tenía deseos de suicidio, sentía tristeza, soledad y un vacío tan grande que no lograba llenar con nada.
Buscando una solución a mis problemas visité brujos, pero nada de lo que me hicieron funcionó, ya que todo empeoró.
Caí en la miseria al punto de no tener dinero para alimentar a mis hijos y frustrada por no encontrar una salida me refugié en el alcohol. Después de estar hospitalizada por exceso de licor, decidí ir a la Iglesia Universal y empecé a participar de las reuniones de liberación y por la fe fui libre, hoy mi vida está transformada».
Sra Carmina Flores