La depresión no es un mal momento, ni un mal día. Es como si la angustia invadiera cada espacio de la vida. Se puede tener una familia, amigos, el trabajo soñado, nada de eso le da consuelo, cada minuto que pasa, el peso se hace más difícil de llevar.
Algunas ocasiones parece que todo va a salir bien, la euforia se desata en el interior, una explosión que puede durar horas, días, pero que después se desvanece para darle lugar a una irremediable desesperanza.
Se puede vivir así por años y quizás nadie lo note, pero quien lo vive reconoce que dentro de sí hay algo que no lo suelta, es esclava de un sentimiento que ni siquiera reconoce.
La depresión es un trastorno que afecta las emociones, la conducta y la percepción que se tiene de la realidad. El depresivo tiende a poseer una visión muy negativa de sí mismo y del mundo.
Señales de alerta
Recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta sobre la depresión, debido al alto riesgo que tienen las personas que la sufren, de cometer suicidio.
Según las estimaciones de la OMS, la depresión afecta a unos 300 millones de personas en el mundo. Tal como consigna en uno de sus informes, la enfermedad puede convertirse en un grave problema de salud. En Ecuador la tasa anual de muertes auto infligidas subió de 2% a 6% en los últimos 15 años, según las cifras del INEC, que fueron tomadas por la catedrática Lorena Campo.
La única salida que tenía era quitarme la vida
A la edad de 18 años, ya debía más de 8000 dólares, mi ambición me llevó a realizar negocios incorrectos.
Esta deuda robaba mi tranquilidad, no podía dormir, me volví agresivo, en busca de un poco de “felicidad” me involucré con malas amistades, que sólo me llevaron al vicio del alcohol, tiempo después sufrí de gastritis y de los riñones.
Enfermo, endeudado y con mi vida completamente destruida, la única salida que tenía era quitarme la vida, ya no soportaba más, por varias ocasiones lo intenté, pero no lo conseguí.
Fue en esa situación que llegué a la Iglesia Universal, decidido a cambiar de vida empecé a participar en las reuniones de liberación.
Hoy son un joven feliz, ya no tengo más pensamientos de suicidio, tengo armonía junto a mi familia, gracias a Dios todo es felicidad verdadera. Sr. Ángel Lema
La depresión es un mal espiritual, que lleva a la persona a la muerte. Si usted sufre de depresión, ya ha intentado quitarse la vida o tiene un familiar en esta situación, le invitamos a participar de la reunión de liberación en donde por la fe, será libre de sus males, viernes a las 7H, 10H, 15H y especialmente 19H en la Av. de Las Américas 305, al Norte de Guayaquil, también puede acercarse a la Iglesia Universal más cercana a su hogar.