El cáncer no es sinónimo de muerte. Y justamente esa es la realidad que se debe proyectar hoy en día, en cada uno de los hogares ecuatorianos. En la actualidad los especialistas tratan de concentrarse en la prevención y diagnostico a tiempo de esta enfermedad. Pero aún así, en el momento en que una persona escucha por parte del galeno que sufre de cáncer, el escenario que viene a su mente es desalentador y cree estar recibiendo una sentencia de muerte.
Estadísticas
Esta enfermedad es responsable por más de 84 millones de muertes entre 2005 y 2015 en el mundo.
Anualmente, mueren 8 millones de personas con cáner en todo el planeta.
En Ecuador, en 2013, hubo 134,9 casos de cáncer en mujeres y 125,9 casos en hombres por cada 100.000 habitantes.
El costo mensual para el tratamiento de cáncer en etapas avanzadas es de $7.083 en promedio por persona.
¿Qué hacer? La respuesta es no dejarse llevar por las estadísticas, sino creer y usar su fe. Lea el testimonio de una persona curada.
Sin esperanza de sobrevivir
Después de ser diagnosticada con un tumor en el cuello úterino y parte del intestino, en el estado más avanzado, Mariana no desistió de luchar y confió que Dios podría curarla.
“De un momento para otro empecé a sentir un leve dolor en el lado derecho del estómago, me fui a hacer un chequeo de rutina y para mi sorpresa el doctor encontró, en la resonancia magnética, un carcinoma con metástasis en el ovario derecho, el tumor estaba en fase 4 el más avanzado, así que las probabilidades de sobrevivencia eran muy pocas, casi nulas”, nos relata Mariana.
A pesar de estar devastada con la noticia, ella y su familia no se dieron por vencidos, “intentamos todo lo médicamente posible: me sometí a cirugía, me extirparon los ovarios comprometidos y gran parte del intestino, luego empecé a someterme a quimioterapia, pero el desgaste físico y emocional, me estaban matando más rápido; las cosas no mejoraban, por el contrario mi estado anímico empeoraba, así que tomé la decisión de entregar mi cuadro clínico a Dios, ya que sólo un milagro podría curarme”, añade.
“Dejé de hacer las quimioterapias y decidí encomendarme en las manos de Dios, usé mi fe y el milagro aconteció, cuando volví a hacerme una nueva resonancia no había señales del cáncer”, concluye.
Usted que busca un milagro y quiere la sanidad, recíbala de Dios y por la fe sea curado; Acérquese este martes a las 19H, también 7H, 10H Y 15H, en la Av. de Las Américas 305 o en la Iglesia Unviersal más cercana a su hogar.