Renata sufrió dos paros cardíacos. Fue llevada a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI)…
Renata Cristina Araújo, de 47 años, tuvo sangrado por varios canales externos de su cuerpo después de tomar un medicamento para una dolencia muscular. “Estaba angustiada por no saber lo que estaba pasando. Fui a urgencias, pero sólo me dieron un medicamento y regresé a mi casa”, relata.
En la madrugada, sin embargo, el sangrado volvió con más intensidad. “Me desperté vomitando sangre, tuve una hemorragia y pensé que podía morir en ese momento”, recuerda Renata.
Ella regresó a emergencias, donde esperó horas antes de ser trasladada a un hospital, poco después comenzaría una fase aún más difícil. Al instante de llegar al hospital, Renata sufrió dos paros cardíacos. Fue llevada a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y allí tuvo un tercer paro cardíaco. “Morí en la cama del hospital y los médicos me reanimaron”, relata.
El sangrado no se detuvo y se necesitaron 12 pintas de sangre para estabilizar su salud. Hasta entonces, nadie sabía el origen de tantos problemas.
“Fue a través de una endoscopia que los médicos vieron que tenía una bacteria en el estómago, Helicobacter pylori. También tenía gastritis, además de eso, detectaron una úlcera gástrica, que se desarrolló a partir de la bacteria causándome heridas en el estómago”, destaca. Descubrir el problema en una etapa avanzada dificultó aún más el tratamiento de la enfermedad que ponía en riesgo su vida.
Fe en acción
Renata pasó siete días en el hospital y, durante ese tiempo, su familia siguió luchando por su vida. Su esposo, participaba de las cadenas y oraciones con la certeza de que ese gesto de fe le traería sanidad.
Úlcera gástrica
La úlcera gástrica o péptica es una herida localizada en la pared del estómago que provoca inflamación. Las causas van desde la mala alimentación, estrés, antecedentes familiares hasta el consumo excesivo de bebidas alcohólicas y cigarrillos. Otra causa común de úlcera gástrica es la bacteria del Helicobacter pylori. Los síntomas más comunes son náuseas, vómitos, dolor abdominal agudo, sensación de ardor en el estómago y sangrado en las paredes del estómago. El diagnóstico se realiza por medio de endoscopia o ecografía. El tratamiento incluye medicamentos como analgésicos. En el caso de H. pylori está indicado el uso de antibióticos. Una dieta equilibrada y el seguimiento médico son fundamentales. Los casos más severos requieren intervención quirúrgica.
Después de unos días en la UCI, Renata tuvo una mejoría signicativa y fue trasladada a una habitación. Los médicos realizaron algunas pruebas más y descubrieron que estaba curada. “Los médicos dijeron que no tenía más sangrado, ni bacterias ni úlceras. Dios me limpió de adentro hacia afuera. Mi salud fue restaurada para honra y gloria del Señor Jesús”, concluye.