Debido a fuertes dolores, el médico me mandó a realizarme un rayo X y una ecografía porque se pensó que podía ser una hernia, sin embargo, nos sorprendimos cuando resultó ser un problema en la columna.
Tenía cinco discos desviados y una hernia en la columna, hice tratamientos, tomaba medicinas, me colocaba una faja especial, pero los dolores eran insoportables y no había mejoría.
Por eso apelé a la fe. Todos los domingos tomaba el Agua Bendita, mojaba mi mano con la misma y la frotaba donde sentía el dolor, determinando que sería curada y así sucedió, gracias a Dios no padezco más de ningún dolor.
•• Sra. Mercy Galarza