Una de las vistas más relajantes para mí es ver a mi papá sentado debajo del sol cada mañana. Él no lee, él no escucha música, él no juega…él apenas se sienta afuera, aislado, pensando y hablando con Dios.
¿Alguien ya se sentó a su lado un día y le brindó toda su atención? Siempre hay algo que se puede hacer…verificar e-mails, hablar por teléfono, escuchar música, jugar al sudoku, ver televisión, mirarse el pelo en el espejo…
Dios desea tener algún tiempo con nosotros. Él nos quiere decir cosas. Él nos quiere mostrar cosas increíbles, pero muchas veces estamos muy ocupadas para eso. Nunca tendremos tiempo y es un hecho que hay siempre algo que ocupa todo nuestro tiempo durante todo el día, pero cabe a nosotros separar nuestras prioridades.
Dios no pide mucho y, aún así, lo poco que Él pide es mucho para muchas de nosotras. Ahora se puede entender por qué muchos se sienten tan lejos de Él.