«Honra al Señor con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto.” Proverbios 3:9-10
Es extremadamente difícil mantenerse fiel en los diezmos y en las ofrendas cuando no se coloca a Dios en primer lugar.
Él no pide el diezmo y la ofrenda por el simple hecho de pedir dinero, sino por aquello que esto simboliza, que es demostrarle que Él es importante en su vida.
El diezmo representa al diezmista, lo que significa que éste es separado para Dios y, por lo tanto, le pertenece al Señor, entregado totalmente en el Altar, como símbolo de fidelidad y respeto. La ofrenda representa al ofrendante, que entregó su vida sin reservas, por amor y por fe al Señor Jesús, y que se entrega porque cree en la Palabra que oyó. Cuando usted se coloca como la propia ofrenda delante de Dios, tiene el derecho de recibir todo lo que Él tiene, es sólo cuestión de tomarla y ya. Es una ley ja, de la cual nadie puede escapar.
Había perdido mi empresa, mi apartamento estaba por ser rematado y no tenía dinero ni para comprar pan, estaba llena de deudas y 21 cheques protestados, además tenía vicios, me sentía deprimida y tenía deseos de matarme.
Fue así que llegué a la Iglesia Universal, allí mi vida empezó a cambiar, cuando uno honra a Dios y Lo coloca en primer lugar, Dios se encarga de todos los aspectos de nuestra vida.
Hoy soy una empresaria exitosa, pude cubrir todas mis deudas, fui liberada de los vicios.
La depresión y los deseos de muerte ya no existen más, ya que en mí, habita la presencia de Dios.
•• Fátima Silva