La fe es así: primero se visualiza lo que se quiere y después se va a conquistarlo. Fue lo que aconteció con Abraham. Cuando habían pasado muchos años y la promesa de Dios en darle un hijo aún no se había cumplido, Abraham comenzó a cuestionarla, y Dios entonces lo llevó para fuera de su tienda y le dijo…
“Ahora mira al cielo y cuenta las estrellas, si te es posible contarlas. Y le dijo: Así será tu descendencia. Y Abram creyó en el Señor, y El se lo reconoció por justicia”
Dios es quién nos da la visión de lo que queremos y esa visión nunca es pequeña o insignificante, pues Él no es de esas cosas… nuestro Dios sólo hace cosas extraordinarias.
Abraham creyó, es decir, él paró de cuestionar y dudar. Él creyó y punto. Cuando se cree de verdad, no se tienen más dudas, no necesita de más explicaciones.
No tengo ni idea como Dios va a hacer lo que Él me prometió… Yo sólo sé de una cosa: ¡qué creo!
Y eso, amigas, es lo que nos justifica. La creencia de Abraham lo justificó. Dios sólo trabaja a través de la fe; si usted cree, Él hace el resto. Si usted no cree, Él no puede hacer nada por usted…
por lo tanto…permanezca en la fe.