El Espíritu Santo “Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.” (Mateo 25:10-12)
En esta parábola vemos un simbolismo, el esposo representa al Señor Jesús, las bodas son el encuentro con Él, las diez vírgenes representan a todos los que creen en Jesús y el aceite simboliza al Espíritu Santo.
El aceite era el encargado de producir el fuego en las lámparas y de esta manera tendrían luz, para iluminar el camino en medio de la oscuridad; así mismo, usted necesita del aceite del Espíritu Santo, que es el fuego de Dios en su interior, el cual iluminará su vida y sus caminos para permanecer en la fe hasta el fin.
Las cinco vírgenes insensatas son las personas “cristianas”, que están preocupadas con las cosas de este mundo, y por vivir con la ansiedad de conquistar las cosas de esta vida, no se esfuerzan en buscar ni priorizar el Espíritu Santo; por lo tanto, quedarán fuera del Reino de Dios.
Estas vírgenes insensatas, son las personas que están dentro de la Iglesia y creen en el Señor Jesús, pero su fe es tibia, su relación con Dios es fría y su vida no cambia, porque no hubo dentro de sí una transformación.
Si usted tiene el aceite en su lámpara, es decir, el Espíritu Santo en su vida, el Señor Jesús será el Señor de su alma; pero si usted es insensato y no prioriza al Espíritu de Dios, el simple hecho de creer en Dios no le salvará, puesto que es necesario tener un compromiso con Él por toda su vida.