EL ESPIRITU SANTO
“Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”. (Hechos 1:8)
El gran secreto de la obediencia a Dios es el Espíritu Santo, que nos da la sabiduría y el entendimiento para ejecutar su voluntad; por esto, es indispensable que el candidato le entregue toda su vida, para que pueda recibir el todo de Dios, el Espíritu Santo.
Las dudas son constantes en la vida de las personas, pero el Espíritu de Dios es la certeza que nos da capacidad para escoger las semillas que vamos a plantar, cuyos frutos tendrán la excelencia de la sabiduría divina.
El Espíritu Santo es poder, fe, sabiduría y temor a Dios; estas virtudes son necesarias si usted quiere ser un vencedor delante de los problemas y dificultades que la vida le presenta, y lo más importante, es el poder de Dios para guardar su salvación hasta el fin.
La duda, el miedo, la inseguridad y los complejos, han sido parte del interior de muchos que dicen tener el Espíritu Santo, pero que obviamente han sido engañados; pues quien tiene el Espíritu de Dios es fuerte, resistente, no se abala delante de los problema de este mundo.
La mayor prueba que muestra si una persona recibió el Espíritu Santo, está en la manifestación del carácter de Dios, pues la persona pasa a vivir en la justicia, es decir, en la obediencia a la Palabra de Dios, lo que hace que se convierta en el mejor hijo, mejor padre, mejor empleado, mejor madre, en otras palabras, una persona cuyo carácter sobresale al de esta sociedad.
Quien posee el Espíritu Santo tiene el entendimiento Divino, para comprender que las maravillas de Dios no suceden por sí solas, pero es necesario practicar la fe recibida, para obtener los resultados deseados. Esta persona se vuelve vencedora, pues no acepta una vida de escasez y limitaciones creyendo en un Dios tan grande y poderoso.