Las educadoras de la EBI tienen una responsabilidad muy comprometida, salvar almas, a medida que los niños crecen esta responsabilidad aumenta, por ese motivo se consagró a todas las tías en todas las provincias con la finalidad de bendecir a los niños, y consagrar su ministerio; las maestras deben tener una comunión con Dios estable, para guiar a los niños a la salvación, y pasar el Espíritu Santo que llevan dentro de sí hacia los más pequeños.
Ayudar a solucionar los problemas de los niños, son una de sus virtudes, enseñarles cómo deben comportarse en su hogar, cómo obedecer y tener una comunicación con Dios real, “las maestras se preparan para fluir ríos de agua viva” menciona el pastor Walber en la Sede Nacional.
Día a día las labores de las tías nunca acaban, ellas siembran una semilla en el corazón pero va a depender de como esta tía la haga crecer, para que ellos se mantengan siempre en la presencia de Dios y luego puedan servir a Él con mucho amor.
Con alegría y mucho cariño, se desempeña una ardua labor en cada uno de los salones de esta divertida escuelita, miles y miles son los niños que entre canciones e historias divertidas de los grandes héroes de la Biblia, aprenden día a día cuánto Dios los ama.
Con educadoras debidamente preparadas, esta escuelita bíblica acoge a todos los niños que quieran ser parte de este mundo maravilloso, en cada una de las Universal en todo el país.
“Jesús dijo: Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el reino de Dios.” Mateo 18:16
“Ser tía es tener mucha paciencia”, comenta entre risas Evelyn Peña quien tiene 11 años siendo tía de la EBI, “nuestro mayor reto es verlos crecer en la presencia de Dios, y nuestra mayor satisfación es verlos sirviendo a Dios, ya sea en el Altar o en el Atrio.”
Lorena Jurado con 9 años de tía comenta que entre sus labores, además de educar didácticamente la Palabra de Dios, es mostrarles a los niños de que manera puede obrar Él en la vida de ellos.