El consumidor siente que tiene una vida maravillosa, pero está padeciendo. Su mecanismo autodestructivo lo lleva a situaciones en las que puede terminar perdiendo la vida.
Consumir drogas no es gratis. Y no me refiero a la plata, si no al deterioro físico, mental y espiritual. Mientras hayan drogas en el cuerpo, no importa si son 10 minutos o 5 horas, puede provocarse una arritmia cardíaca, un infarto masivo o más causas de muerte por consumo.
En Ecuador cada día fallecen entre 15 y 20 personas, estas muertes están relacionadas con el uso de sustancias más nocivas, una vez que los jóvenes adquieren resistencia a un sólo narcótico. Por ejemplo, hay chicos que relatan haber iniciado con marihuana, luego pasaron a la pasta base de cocaína y al final a la H. Esto puede causar complicaciones cardiovasculares, respiratorias, cerebrales y la muerte. Los mismos problemas lo experimentan quienes no toleran la abstinencia. Para paliar los calambres y vómitos que provoca este síndrome, los jóvenes aumentan las dosis y eso, por lo general, resulta letal.
Por culpa del alcohol casi pierdo la vida en dos ocasiones
“Fui adicto al alcohol por muchos años de mi vida, todo lo que ganaba me lo gastaba en bebidas alcohólicas, descuidaba mi hogar, no me importaba si mis hijos y esposa comían o no, yo sólo vivía para mi vicio. Esta adicción me llevó al borde de la muerte en dos ocasiones, recuerdo que en la primera, tuve un accidente donde casi pierdo una de mis piernas, la cual tuvieron que reconstruirla por completo, en otra ocasión estando en estado de ebriedad perdí el equilibrio, me caí y golpee fuertemente la cabeza, quedé inconsciente y casi me atropella un tráiler”, relata Walter.
“Cuando él llegaba a casa borracho, se volvía insoportable, yo me volvía histérica y casi siempre peleábamos, en varias ocasiones le prendía fuego a las botellas de guanchaca y él me golpeaba”, expresa Martha.
“Una noche viendo el programa de la Cura de los Vicios por la TV, decidí participar del tratamiento, el cual me dejó muy buenos resultados, desde el primer instante dejé de beber, los deseos y ansias por andar tomando a cada momento ya no existen más, llevo 4 años de estar curado, ¡Gracias a Dios!”, finaliza Walter.
Participe este domingo a las 15H, usted que tiene alguna adicción o su familiar. En la Av de Las Américas 305; Llámenos o escríbanos al 0999783623.