Si quien está en la posición de administrador toca lo que no le pertenece, deja de ser de confianza. Tenemos como ejemplo el jardín del Edén y el árbol del fruto prohibido.
¿Por qué hoy es exigido el sacrificio para que el hombre tome posesión de la promesas de Dios?
Porque para que el hombre sea administrador, tiene que luchar para conquistar, tiene que mostrar su valor y su capacidad, tiene que "negociar", por eso el sacrificio.
La autoridad va siendo dada al hombre a través de sus conquistas por medio del sacrificio, que es el "precio" a pagar.
Para cada conquista, su sacrificio.
¿Por qué Dios sustenta, viste, protege y enseña a las aves y a todos los animales en su estado salvaje?
Porque ellos no fueron creados para administrar y, aunque no estén en el jardín del Edén, como no pecaron, no perdieron ciertos derechos, porque Dios es Justo.
El hombre tiene que comer del sudor de su frente, del sacrificio. Solo así podrá conquistar la autoridad perdida.
No es por casualidad que los grandes hombres y mujeres de la Biblia que crecieron, vencieron y se volvieron famosos hasta hoy, tuvieron que sacrificar varias veces, pero con cada sacrificio conquistaron una victoria.
No podemos estar esperando que Dios nos prepare la mesa, nos vista, nos dé casa, trabajo, riqueza, etc. Tenemos que ser fieles y, a través de la oración, pedir dirección e ideas y, entonces sí, Él nos mostrará cómo debemos hacer y cuál es el sacrificio que tenemos que presentar.
Por eso está la Campaña de Israel. Es una respuesta a nuestras oraciones y súplicas. A través de ella, Dios envía la profecía y muestra cuál es el sacrificio que debemos presentar.
Dios no nos creó para que seamos inútiles como los parásitos, sino para que seamos conquistadores. Solo así derribamos las murallas y glorificamos a nuestro Señor.