Siempre hemos escuchado decir que “todos somos hijos de Dios”, pero hay un error en esta armación, pues así como cada individuo tiene el ADN de sus progenitores, los hijos de Dios tienen en su interior el ADN del Padre, es decir, poseen Su Espíritu, que es la marca que los diferencia de los demás. Por otro lado, los que no tienen esta marca solo son Sus criaturas.
“…Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Él”. Romanos 8: 9
Quizás las adicciones, la depresión o sus malas decisiones lo llevaron a creer que Dios no lo perdonará por sus pecados, sin embargo, sepa que El Señor Jesús dio Su vida en la cruz para que aquellos que creen y decidan dejar el pasado atrás pueden volverse Hijos de Dios, pues el Espíritu Santo tiene la misión de rescatar a los perdidos para así, darles la oportunidad de entrar en el Reino de los Cielos.
“Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios”. Juan 3:5
Por este motivo, la Iglesia Universal está realizando uno de los mayores propósitos de fe: La Hoguera Santa de los hijos de Dios.
Si usted desea ser libre de las adicciones y la depresión y quiere comenzar una nueva vida, está invitado a vivir esta gran experiencia.
“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios”. Romanos 8:14
“Yo VENCÍ las ADICCIONES”
Mi matrimonio fue un fracaso; y eso generó en mí frustración, la cual me llevó a las adiciones. Comencé a robar, involucrándome así en el mundo del crimen, por ello estuve preso durante un año.
Cuando salí de la cárcel me casé y en lugar de mejorar, empeoré y por causa de un asalto volví a caer preso. Estando en prisión llegué a pensar en quitarme la vida.
Un día recibí una invitación de la Iglesia Universal y al salir de prisión fui a la iglesia. Dios me dio una nueva vida.
Todo el pasado quedó atrás; hice mis votos con Dios y hoy estoy curado de los vicios, soy feliz porque tengo en mi vida el Espíritu Santo. Hoy soy un hijo de Dios.
•• Sr.David
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Terminé comiendo restos en los BASUREROS
Sufrí maltratos desde mi infancia y crecí con odio hacia mi padre, quería matarlo. A partir de los 12 años empecé a consumir drogas y al crecer me involucré con la magia negra, gracias a eso conquisté muchos bienes pero los perdí por causa de mis adicciones. Después de haber tenido todo, me vi comiendo restos de comida que encontraba en los basureros. Un día mi papá me invitó a la Iglesia Universal, cuando acepté ir, quería tener una nueva vida y Dios me dió la paz que tanto anhelaba. Sacrifiqué y dejé todo atrás, Dios me dio Su Espíritu e hizo de mí un hijo Suyo y transformó toda mi vida.
•• Sr. Marcos Ramos