En ese año, nos cambiamos de lugar tres veces. Comenzamos abriendo la iglesia en Bronx. Esa fue nuestra primera iglesia y estábamos súper felices con tal privilegio. Nos mudamos a un departamento más cerca de la iglesia al cual yo simplemente amaba. Era tan pequeño que parecía ser el departamento de las muñecas *:) feliz. Yo podía ocuparme mejor del lugar por supuesto; pero lo mejor era poder ir más veces a la iglesia para ayudar a Renato. Creo que fue en ese año que comenzaron realmente nuestros problemas en el matrimonio.
Con la nueva iglesia, Renato no tenía más tiempo para nada, incluida yo. Cuando llegaba el sábado, nosotros evangelizábamos durante la mañana y la tarde; y cuando regresábamos para casa yo quería salir, ver una película, conocer un poco de Nueva York y él nada…Solamente quería dormir o quedarse tranquilo leyendo algún libro en un rincón del departamento de muñecas y aquello me irritaba…¿Ustedes se lo pueden imaginar, no es cierto? El lugar ya era pequeño y nuestra semana entera estaba muy ocupada. Éste era el único día que me quedaba para respirar un poco de aire afuera y él quería quedarse en casa.
Me acuerdo que un día insistí tanto que él se puso un saco viejo y trompa de elefante; y fue conmigo al cine. Ni siquiera me olvido de la película que vimos ese día: “Mujer soltera busca”. Él no me dio la mano y estuvo todo el tiempo con mucha rabia de mi. Fue horrible…Conseguí lo que quería, pero fue una pésima experiencia. Después de eso, nunca más lo forcé para que saliera conmigo. Vi que no valía la pena, pero no puedo decir que cambiamos -nada, todavía tendríamos ese problema durante los próximos 10 años de casados.
Mi cabello ya había crecido bastante y decidí hacerme un corte diferente. Viajé durante una hora para ir a una peluquería portuguesa que me dijeron que cortaban muy bien. Fue la peor cosa que le hice a mi cabello hasta el día de hoy. Cuando llegué, le mostré a la peluquera un corte con capas hermosas y ella me dijo que eso era permanente. Hoy, nadie más se hace permanente. Eso era una cosa que se hacía en mi época de adolescente y yo nunca me la había hecho porque simplemente no me gustaba el resultado…Pero, la peluquera fue tan convincente que aquí la boba le creyó.
Cuando ella me quitó los ruleros de la cabeza, yo era otra persona…Fue aterrador. Yo ya tengo mucho cabello, voluminoso y grueso por naturaleza. ¡Ahora, imagínense la catástrofe! Mi cabello se encogió todo desde la raíz.
Llegué a casa, me arreglé, me pinté con un labial rojo y fui para la iglesia aquella noche. Cuando llegué, me sentí aún peor con el susto de Renato…
“¿Qué es lo que le hiciste a tu cabello? ¡¿Quién te mandó a hacer eso?! ¡Te pareces a una oveja!”
Listo. Ahora ni siquiera mi belleza iba a llamar más la atención de él…Me quedé muy triste al día siguiente, lavé mi cabello para ver si mejoraba; pero al secarlo me quedó aún peor. Fue un desastre…
Pocos días después, fuimos transferidos para Miami y nos quedamos seis meses ahí hasta ser transferidos una vez más. Esta vez afuera del país: África del Sur. Llegamos ahí a fin de año. Les cuento en el próximo post.
Fue en Miami que comencé a tener crisis de celos, pero pensándolo bien; ¿tiene sentido no? Una mujer que no tiene la atención de su marido y lo ve dando atención a otras personas, termina pensando de verdad que no es lo suficiente….Fue en Miami que comencé a entristecerme mucho con Renato. Ya no me sentía más bonita (como cuando me casé con él), tampoco tenía la atención de él (como fue en el primer año de matrimonio). Llegué a componer una canción triste…Cada vez que sonaba, lloraba.
Saben amigas, en lugar de usar mi fe en aquella época, lo que usé fue la emoción. Me torné víctima de ella. Pobre de mi era solo lo que yo pensaba…No tenía amigas, no tenía cariño, nadie me entendía…La única cosa que yo hice bien en esa época fue llevar todo eso a Dios, aunque tal vez de forma equivocada (en la emoción). Dios fue mi refugio y eso me acercó aún más a Él.
¿Y en cuanto al cabello en 1993? Tuve que cortarlo tipo varón para quitarme la permanente *:( triste.