Cape Town, Ciudad del Cabo, es una de las ciudades más bonitas que he conocido. Ella tiene todo lo que me encanta: montañas, el mar, los bosques, las variedades de flores, animales y un pueblo humilde. Viajamos en coche casi un día completo desde Johannesburgo a la ciudad en la que viviríamos por tan sólo un año, en la cual no estaríamos solos. Toda mi familia iba.
Cada mañana, nos reuníamos en la sala de estar para meditar en la Palabra de Dios y orar … ¡era tan bueno! Parecía un sueño el estar viviendo con mis padres de nuevo …
Abrimos la iglesia en Ciudad del Cabo, lo que significa que no teníamos miembros u obreros de allí, que hizo que nuestro trabajo fuese todavía más apasionante, ya que teníamos que hacer todo. Recuerdo que toda nuestra familia iba a evangelizar con el boletín de la iglesia en la estación de autobuses y veíamos asombrados que las personas lo apreciaban … la gente hacia fila para coger el boletín.
Una dificultad importante al principio era encontrar un lugar adecuado para abrir la iglesia.Buscabamos,buscábamos y nada, hasta que encontremos un lugar que estaba escondido en una calle sin salida, y dijimos a Dios: “Recibe este lugar pues si eres con nosotros, el pueblo vendrá aquí”
Y fue así mismo. Hemos abierto con 150 personas, y en unos pocos meses,ya había 3000 personas.Tuvieron que venir otros pastores con sus esposas para ayudar de tanta gente que había. Nosotras, las esposas de los pastores, éramos las obreras, secretarias y funcionarias de la iglesia. La gente era muy sencilla y humilde y los milagros ocurrían en masa, y las familias comenzaban a asistir. Algunas personas alquilaban grandes vehículos y traían a todo el vecindario. Fue un verdadero avivamiento espiritual en Ciudad del Cabo, y nos sentimos privilegiados de ser útiles a Dios.
Con el crecimiento de la iglesia, Renato comenzó a dedicar mucho tiempo que a veces llegaba a dormir en la iglesia. Teníamos reuniones a las 6h, 10h, 12h, 15h, 17h y 18:30 y no había más porque a partir de las 17h todo cerraba.Después de la última reunión, Renato entraba en la oficina y trabajaba toda la noche en el periódico del mes.
Imagínese, si Renato ya no me daba atención cuidando una iglesia de 200 personas,¿Y ahora con una iglesia de 3.000 personas y una revista mensual?
Un día, me desperté por la mañana y yo estaba tan disgustada con la situación que fui a la iglesia a pedir explicaciones. Llegué allí y él estaba tomando una siesta en el sofá,pues había trabajado toda la noche, y yo, sin una pizca de consideración, empecé a discutir contra él. No estoy orgullosa ni un poco de lo que hice y ni él de lo que me hizo a mí, sino que también lo lamenta mucho. En ese momento,el me agarro del brazo y me puso fuera de la oficina. Era la primera vez que él uso de la fuerza y me dolió mucho su actitud.
Llegué a casa llorando como una niña.Lo malo es que mis padres veían y me preguntan lo que estaba pasando … ya que pasé la noche llorando,y no podía disimular los ojos hinchados al día siguiente, y vi lo mucho que le afectaba a mi madre que, más bien, no quería inmiscuirse en nuestro matrimonio y no me preguntó, simplemente vino a darme consuelo. Mis padres eran verdaderos ejemplos, no se metieron en medio para no hacer nuestra vida aún más difícil.
El año 1994 fue así. Estábamos siendo muy usados por Dios para ayudar a miles de personas, pero al mismo tiempo, fue uno de los años más tristes de mi vida. Lloré porque no podía decirle a nadie lo que me estaba pasando, tenía que ser fuerte, tuve que sacrificar, era una mujer casada con un hombre ausente la mayor parte del tiempo. Creo que con mi familia alrededor, Renato se relajó aún más.
Toda la familia fue al cine el sábado por la noche y Renato se quedó en casa trabajando con el periódico. Y no tenía sentido que me quedase con él porque quería estar solo …
Amigas, cuando miro hacia atrás, creo que si yo hubiera aprendido a entrar en el mundo de Renato, no me hubiera sentido tan lejos de él. Por supuesto que los dos fallamos, pero en la práctica, a veces tenemos que tragar los errores de otros y ver qué podemos hacer para mejorar la situación, y no depender de otros para que esto ocurra …
En la fe.