Al final del año pasado, yo conocí a una joven que trabajaba en un orfanato en Portugal y, un día, ella me mostró la foto de un niño que soñaba con tener un padre. Aquello me movilizó y agarré la foto de él para mostrársela a Renato en aquella época, algo que fue una decepción…”¡Tú estás jugando conmigo! ¿Adoptar a un niño?”. Le devolví la foto a ella y hablé con Dios que si eso fuese de Su voluntad, nosotros adoptaríamos a un niño algún día…
¿Y, no fue que Dios escuchó mi oración? En enero, mis padres me llamaron para hablarme de un niño serio, que no hablaba con nadie y parecía un soldadito. Me quedé súper entusiasmada, pero cuando le hablé a Renato acerca del niño; él no se convencía hasta que pasaron algunas semanas y finalmente cedió…En marzo, conseguimos la guarda de Filipe, que en esa época tenía casi 4 años. Si quiere crea: él era el niño que le había mostrado a Renato unos meses antes.
Nos mudamos de casa y, en el nuevo hogar, pude preparar una habitación para mi nuevo hijito. Decoré las paredes, compré juguetes y ropa nueva. ¡Parecía un sueño! Cuando llegó el día de irnos a Portugal para conocerlo y traerlo a su nuevo hogar, el niño ni me miraba a los ojos…Él solamente hablaba con Renato que, de repente, se convirtió en un padrazo. Toda aquella dureza se quebró en el mismo instante que conoció a Filipe.
Nosotros lo llevamos al zoológico, pero él no me quería dar la mano -solamente a Renato. Era como si el niño tuviese rabia de la figura de la madre…Yo pensé que sería así solamente al principio, pero no fue así. En el avión hacia Londres, él hizo un escándalo porque yo me senté a su lado. Él solo quería sentarse con Renato. Fui el viaje entero hacia Londres con el llanto atragantado en mi garganta. Yo que quería ser madre, no estaba siendo aceptada; mientras que Renato que no quería ser padre, era quién lo estaba siendo.
En casa, él solo hablaba con Renato. Era Renato quién tenía que bañarlo. Si él necesitaba de alguna cosa, lo llamaba a Renato. Aquello partió mi corazón y lo peor era que yo no sabía qué hacer para conquistar aquel niño tan lindo de ojos verdes. Yo oré, oré y oré hasta que pasó una semana y Filipe habló conmigo por primera vez.
Yo, sinceramente, no esperaba que sea tan difícil adoptar a una criatura. Para mí, yo le estaba dando al niño lo que él más quería en la vida: una familia. Pero, lo que no entendía en esa época es que yo quería criar un niño que ya tenía mucho equipaje, desde el vientre de su madre. Él no era solamente un niño de 4 años. Él era una criatura con un pasado triste.
Esa época fue el comienzo de un desierto por el cual yo nunca me imaginé pasar en la vida…Dios habló claramente conmigo, como Él le había hablado a Oseas.
“Así como tú eres rechazada por ese niño, Yo también soy rechazado diariamente por personas del mundo entero. Así como tú tienes las mejores intenciones hacia él y él no te acepta, Yo tampoco soy aceptado. Haz tu parte y deja que Yo hago el resto”.
Eventualmente Filipe me aceptó, pero sus maletas del pasado no permitieron que él tuviese la infancia y adolescencia que yo deseaba, quería y tenía para darle a él…Dios aún va a completar la historia de mi hijo, pero hasta aquí, vamos que vamos en la fe.