Déjame revelarte algo que quizás nunca haya escuchado o nadie se lo ha dicho. ¿Qué hemos aprendido en el mundo? Aprendimos que lo importante en la vida son las cosas que tenemos y las personas que nos admiran.
Para que usted sea feliz, se sienta realizado, es necesario tener muchas cosas y personas en su vida. Cuanto más dinero tenga, más ropa de las mejores marcas, un coche, una mansión, más feliz será. Eso es lo que nos enseña el mundo.
Sólo que las cosas y las personas no caben en el agujero que está dentro de nosotros.
¿Recuerda el jardín de infancia, cuando tomamos un bloque triangular para encajar en un agujero redondo? Cuando intentábamos encajarlo, no entraba. Sólo la pieza correcta encaja en ese espacio. Así ocurre con el vacío que siente el ser humano.
Hay personas que se sienten vacías desde pequeños. Muchos ya se han sentido rechazados, algunos desde el vientre materno. Cuando la persona ha sentido esto desde la infancia, este vacío, esta carencia, la búsqueda de la felicidad y la autoestima se reduce a la búsqueda de cosas y personas.
Un encuentro con el Espíritu de Dios es único que puede llenar ese vacío. Esa es la solución Final.
Muchos nos preguntan: “¿Cómo hago para encontrar a Dios? ¿Cómo tener la paz, la alegría que ustedes tienen?”
Encontrar a Dios es lo más simple y al mismo tiempo lo más difícil que cualquier persona puede hacer. He aquí el por qué, explicado por Él mismo:
“Me buscaréis y Me hallaréis, porque Me buscaréis de todo vuestro corazón.” (Jeremías 29:13)
LECCIÓN DE FE: CUANDO LAS COSAS Y LAS PERSONAS NO NOS SATISFACEN UN ENCUENTRO CON EL ESPÍRITU DE DIOS. LO ÚNICO QUE PUEDE LLENAR EL VACÍO.