Trabajé por mucho tiempo como empleada en una peluquería, buscaba otro tipo de oficio pero no lo conseguía.
Hasta que se me presentó la oportunidad de estudiar un curso de peluquería y allí me di cuenta que era lo que realmente me gustaba pero no quería solamente trabajar de empleada.
Participando todos los lunes en la Nación de Campeones, adquirí el conocimiento necesario para emprender mi negocio propio, tuve muchas dificultades y obstáculos que pretendían hacerme desistir, pero gracias a Dios tuve condiciones para abrir mi propia peluquería y hoy me siento una mujer realizada. Gracias a Dios todo me va muy bien y cada vez mi negocio va creciendo más.