“Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado.” (Salmos 51: 2)
El rey David sabía que su pecado no había sido solamente lo que él había hecho, pues si lo hizo, es porque aquello estaba dentro de él…
Una inclinación, un pensamiento, una voluntad que viene de vez en cuando… si viene de vez en cuando, es porque está dentro de usted y tiene una raíz.
Por eso debe descubrir de dónde proviene esa raíz, arránquela y échela fuera de su interior, para que usted nunca más sea dominada por ella.
Dios le mostrará la raíz de su problema, Él la limpiará y purificará de todas ellas, para eso necesitará ser humilde para reconocerlas.