El 60,6% de la mujeres en Ecuador han vivido algún tipo de violencia, física, sicológica o verbal, en su hogar, según datos proporcionados en la Encuesta de Violencia de Género realizada por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) en el 2013.
Comprendiendo lo alarmante de las estadísticas la Iglesia Universal en todo el mundo emprendió una Campaña de Valorización de Género, dando así, una acogida masiva a millones de mujeres.
Ecuador no fue la excepción, ya que en varias ciudades del país, como, Quito, Guayaquil, Cuenca y Quevedo, conmemoraron este día.
En el puerto principal, Guayaquil, se efectuó el sábado 19 de abril, a tempranas horas de la mañana una caminata en celebración del Día Universal de la Mujer, en el Parque Lineal del Malecón del Salado.
Cientos de globos fueron elevados al aire por los asistentes, en homenaje por aquellas mujeres que han perdido su vida a causa de la violencia intrafamiliar.
A las 3 de la tarde, con música que ambientaba la ocasión, se inició la concentración de ese día. "La mujer es una piedra preciosa, un diamante en bruto, que no comprende cuán hermosa, especial y única es, y el valor de esta piedra no depende del hombre, sino de Dios." Con estas palabras el pastor Walber Barboza definió el valor de la mujer en aquella tarde.
Contando con la intervención de su esposa, la Sra. Patricia Barboza, el pastor explicó detalladamente la importancia de la mujer para Dios.
"El valor de la mujer se mantiene escondido hasta que Dios talla y pule las impurezas que se mantienen en el interior de ella, y esas impurezas son los dolores, resentimientos, tristezas, traumas, penurias, que ella se niega a olvidar. Pero nn el momento en que ella decide ser feliz y dejar su pasado atrás, Dios será el priemero en ayudarla a alcanzar sus objetivos, tornandola una mujer realizada en todos los sentidos y esto provocará una transformación interna que se reflejará en su exterior también y su valor será algo notorio para quien la vea." dijeron a los presentes.
Al finalizar la concentración millares de mujeres salieron de las instalaciones conscientes de lo importante que es el valorarse a sí mismas, ya que comprendieron el valor que les fue dado por Dios desde el día que nacieron.