Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra? (Lucas 18:7-8).
El Señor Jesús promete hacer justicia, pero esa justicia está reservada sólo para Sus escogidos.
La Palabra de Dios no falla, y si Él prometió lo cumplirá.
Muchos han clamado de día y de noche, pero la justicia aún no les ha llegado. ¿Por qué?
Porque no basta simplemente clamar por justicia, o estar adentro de la iglesia para que esto suceda, es necesario volverse un escogido y esto requiere vivir en la justicia, en la práctica de la obediencia a la Palabra de Dios.
¿Pero cómo alcanzar la justicia de Dios si aún no soy un escogido? ¿Y cómo serlo si vivo en la injusticia: mentira, infidelidad, pecado, orgullo, etc.?
Es necesario que haya una entrega 100% a Dios, o sea, es más que simplemente venir a la iglesia o hacer promesas a Dios, es someterse y obedecer Su Palabra.
“Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado.” (Isaías 29:13).
Cuando hablamos de vivir en la justicia, no se trata de ser perfecto, sino una persona que tomó la decisión de seguir la Palabra de Dios y obedecerla hasta el fin.
No importan las injusticias que haya practicado o sufrido, no importa su pasado vergonzoso, ni siquiera lo que ha hecho antes de venir a la iglesia. Si ahora usted se entrega a Él, entonces ¡pronto les hará justicia!