Usted tiene sus actitudes, toma sus decisiones y Dios le mira, como fue el caso de Esaú. Preste atención a lo sucedido: “Y vio Esaú que Isaac había bendecido a Jacob y lo había enviado a Padán-aram para tomar allí mujer para sí, y que cuando lo bendijo, le dio órdenes, diciendo: No tomarás para ti mujer de entre las hijas de Canaán, y que Jacob había obedecido a su padre y a su madre, y se había ido a Padán-aram. Vio, pues, Esaú que las hijas de Canaán no eran del agrado de su padre Isaac; y Esaú fue a Ismael, y tomó por mujer, además de las mujeres que ya tenía, a Mahalat, hija de Ismael, hijo de Abraham, hermana de Nebaiot”. Génesis 28:6-9
Observe que Dios ve lo que usted elige y Él respeta sus elecciones. Si usted quiere hacer lo que es malo, Él no intervendrá en su decisión, porque Él le dio el libre albedrío. Ahí está la razón por la cual el mundo está de la forma en que está, porque las personas escogen ser independientes de Dios y toman sus propias decisiones, pero después ellas piensan que Dios tiene la culpa de lo que ellas escogieron. Esaú nunca valoró la bendición. Y después que vio que su hermano recibió la bendición, él fue y tomó como mujer a una de las hijas de Ismael, o sea, aquella que no era de la descendencia de Isaac. ¿No era una oposición? ¡Lo era!
“A veces usted anda indignado, con ira y hace todo mal, justamente para herir a aquel que le hirió, su padre, madre, marido, esposa, hijo, amigo, etc., quiere vengarse. Pero ¿qué hace Dios? Él mira sus decisiones”.
Lo que usted planta cosechará. Por eso, no juegue con su alma. El ser humano tiene la necesidad de buscar a Dios, pero ¿qué hace éste? Procura manifestar sus defensas, sentimientos como si fueran el camino, la verdad y la vida, por eso se frustra y es oprimido. ¡Sepa que Dios no le impondrá Su voluntad a nadie!
SRA. VIVIANE FREITAS