La Palabra de Dios es clara cuando afirma: “¿Se complace el Señor tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras del Señor? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.” (1 Samuel 15:22)
Los que son hijos de Dios oyen y obedecen Su dirección; también reconocen y se someten a las autoridades constituidas por Él, ya sean espirituales o no.
Los que son hijos de Dios oyen Su voz, no cuestionan, sino que obedecen porque reconocen su condición de hijo y de siervo. En eso conocemos al Espíritu de verdad, de la obediencia y de coraje, que es el Espíritu Santo.
En su blog personal el obispo Edir Macedo explica que es necesario tener coraje para obedecer. “Debido a la plenitud del Espíritu Santo, los hijos de Dios son príncipes del Rey Jesús para ejecutar Su voluntad, según Su dirección, en el lugar que estuvieren. Sin embargo, ellos necesitan tener coraje para obedecer”, afirma.
La obediencia requiere sumisión y humildad, y esto solo es posible cuando se tiene el Espíritu de Dios. Por eso, participe de la reunión los días domingos a las 6h30 y 9 h en la Iglesia Universal de Av. de Las Américas 305, Kennedy Norte Guayaquil, o en la iglesia más cercana a su casa, vea aquí las direcciones.