Usted que está sufriendo, gimiendo, enfrentando luchas y piensa que eso acabará con su vida. Déjeme decirle que aún tiene una oportunidad para ser feliz, y esa oportunidad está en el Señor Jesús y en Su Palabra, el rey David describe en Salmos 86:15 que Dios es misericordioso, pero que también sufre ¿Usted sabía eso? ¡Dios también sufre!
¿Y por qué aún siendo Dios sufre? Él sufre por causa de aquellos que están padeciendo, o peor aún, muriendo y yendo directo al infierno.
El Señor Jesús dio Su vida para salvarnos de eso. Él sufrió más que todos nosotros, he hizo de todo para salvar nuestra alma, sin embargo muchos sólo se preocupan de su cuerpo, sus vanidades y otras cosas físicas.
El dolor que usted siente viene de su alma, cuando su cuerpo le duele, es su alma quien lo siente; traiciones, rechazos, todo es sentido por su alma.
El cuerpo es apenas un reflejo de aquello que está dentro de nosotros. Dios dio autoridad a Adán y Eva, pero Le ordenó que él no comiese del fruto de determinado árbol, pero el hombre desobedeció, a partir de entonces, el hombre sólo ha escogido el mal, es por eso que la humanidad padece y gime.
Dios sólo puede interferir en su vida si usted escoge obedecer Su voz y seguir Su voluntad. Sólo así usted puede escoger el bien en vez del mal.
Él le dio libre albedrío y su vida será el resultado de las elecciones que usted haga. No importa lo que haya hecho de malo hasta aquí. Dios sigue con las manos extendidas esperando que usted opte por el bien.
Dios sufre por causa de aquellos que están padeciendo, o peor aún , muriendo y yendo directo al infierno.