Discriminación Vs Complejo de Inferioridad
La discriminación y el complejo de inferioridad son problemas existentes en los días actuales y, lamentablemente, presentes en la sociedad. La discriminación es algo que usted sufre de afuera hacia adentro. Mientras que el complejo sucede de adentro hacia afuera – ya existe dentro de la persona y solamente se exterioriza. Es necesario que usted entienda estos dos conceptos para que los venza, ya que los dos causan destrucción.
La discriminación, por definición, sucede cuando hay una actitud adversa delante de una característica específica y diferente. Una persona puede ser discriminada a causa de su raza, género, orientación sexual, nacionalidad, religión, situación social, etc.
Entonces la discriminación se presenta como problemas que vienen de otras personas, que vienen de la sociedad. Usted pasa a ser discriminado por su color. Porque es negro, muchas veces es criticado. Por ser negro, es dejado atrás. Es discriminado en la escuela, en el trabajo, en la vida sentimental, en la vida social. Las personas no lo miran como un ser humano, lo miran como un negro, como una negra.
No obstante, si usted tiene una fe viva depositada en el Dios Vivo, esa discriminación que hubo en el pasado, que hay hoy en día y que habrá en el futuro, nunca le afectará. Pues lo que hay dentro suyo no es una fe negra, sino una fe viva. El color de su piel es negro, pero su fe no tiene color. Su fe es un espíritu que lo lleva hacia adelante, que lo impulsa al sacrificio, al éxito y a las conquistas. No tiene color, es un espíritu, un poder en su interior.
Ahora, el mayor problema no es la discriminación. No son las palabras que vienen de afuera hacia adentro, porque esas personas siempre pueden ser bloqueadas. Usted siempre puede decir «Soy negro y puedo», aunque lo juzguen por el color de su piel, usted se juzga por la fe que hay dentro de sí mismo, ¡sí, usted puede!
El mayor problema se llama «complejo de inferioridad», el cual, si buscamos saber, se define por el estado psicológico enfermo en el cual el individuo, teniendo la convicción íntima de ser inferior a los que lo rodean, adopta enseguida una actitud inadecuada o desconcertante.
Quizás eso sea lo que le ha sucedido a usted. En su interior usted tiene esa convicción de que es inferior, menor, de baja calidad. Y, al rebajarse frente a las situaciones, termina adoptando un comportamiento inadecuado, tímido, miedoso. Usted retrocede a causa de ese sentimiento destructivo que hay en su interior. Aun siendo más fuerte, se ve más débil; aun siendo más inteligente, se ve sin inteligencia, sin capacidad ni calidad.
¡Venza ese complejo que hay dentro suyo y no le preste atención a las discriminaciones!
Comience a decir: ¡Soy negro, y puedo!
¡Que el Dios de la Biblia lo bendiga!