“¡Necios y ciegos! Pues cual es mayor: la ofrenda o el altar, que santifica la ofrenda?” (Mateo 23:19)
Las personas insensatas, son aquellas que no tienen entendimiento de las cosas espirituales, pero en este caso el Señor Jesús está hablando con personas que tienen conocimientos Bíblicos, pero aún así, no tienen entendimiento sobre esto y además están espiritualmente ciegas. Esto quiere decir, que ella no consiguen entender que el Altar es mayor que todo.
Dios no acepta la ofrenda insensata.
¿Cuál es la ofrenda insensata? Es aquella que la persona pone en el Altar, pero sin entregar su alma.
Dios no mira su ofrenda, pero sí el sacrificio que usted hace para poder presentarla en el Altar.
Por ejemplo: la ofrenda de la viuda pobre… (Marcos 12.41-44) Jesús estaba en el Templo observando a las personas que daban la ofrenda, Él vio que los ricos daban grandes cantidades, pero de pronto una mujer viuda coloca dos monedas, que era todo lo que tenía y esto representaba toda su vida, su fuerza, su sustento. Entonces Jesús dijo: “ella dio más que todos”.
Humanamente hablando los ricos dieron mucho más, en volumen, en cantidad y proporción, pero aquello era algo que ellos no iban a necesitar más, o sea, era la sobra. Pero Dios ve las cosas de una forma muy diferente, Él ve no sólo lo físico sino también, aquello que las personas llevan en lo más profundo de su ser, es por esto que la viuda lo dio TODO! HIZO UN VERDADERO SACRIFICIO, pues ella de su pobreza dio todo lo que tenía, aquello que representaba que ella confiaba más en el Altar que en su propia condición o capacidad, el todo de ella representaba su dependencia de Dios.
El Altar es el lugar del sacrificio donde usted intercambia una vida por otra.
En el sacrificio usted estará entregando su vida de la manera que está y el Altar le dará una nueva vida. Porque el Altar es el propio Dios recibiendo sus sacrificios y santificándolos.
Muchas personas suben al Altar con el 90%, no dan el todo que Dios está pidiendo y por ese motivo no reciben el todo de Dios, porque entregan sólo una parte de sus vidas. Cuando usted coloca su todo en el Altar, entonces recibe el todo de Dios en su vida.
Si usted tiene fe de dar todo para Dios, toda su vida; entonces tendrá fe para recibir todo de Él.