De hecho la frase es impactante, pero cuando nos referimos a la vida diaria de la pareja, salimos de las simples palabras y entramos en la realidad. Entonces surge la pregunta: ¿Es verdad que quién ama no traiciona?
El ser humano, por naturaleza, está lleno de errores, fallas y, como la Biblia advierte, su carne es débil (Mateo 26:41) y frecuentemente es tentado por las cosas del mundo. Si no vigila sucederá una fatalidad, va a caer y destruirá el vínculo que construyó con la persona amada.
Ante esta situación ni el amor, por sí solo, es capaz de impedir que un error de esos suceda en caso de que la persona le dé lugar a lo que ve, se encante, lo desee o permita que los pensamientos nocivos para su relación dominen.
¿Y si sucedió?
¿Qué hacemos si ya hubo infidelidad? ¿Cómo perdonar de verdad en caso de haber sido traicionado?
Y, quien se equivocó y está arrepentido, ¿cómo hace para no cometer los mismos errores nuevamente?
Todos los jueves a las 7H, 10H, 15H y 19H, en la Iglesia Universal, se lleva a cabo la Terapia del Amor, una reunión que ayuda a las parejas no sólo a superar problemas conyugales, pues también aborda temas como el de esta nota, pero enseña a todos: solteros, casados, viudos y divorciados, a actuar en cualquier circunstancia de la vida de a dos.
Pensé que nunca iba a ser feliz en mi matrimonio
“Después de varias relaciones frustradas pensé que nunca iba a ser feliz.
Constantemente era víctima de traiciones y frustraciones, aquello fue creando dentro de mi varios traumas e inseguridades en mi vida sentimental, al punto en el que pensé que no iba a logar ser feliz en aquella área.
Cuando conocí la Terapia del Amor empecé a cuidar de mí. Recuerdo que en las charlas me di cuenta, que habían muchas cosas que en mi interior estaban mal y por consecuencia, se veía reflejado en mis actitudes.
Poco tiempo después de haber curado las heridas, vi que estaba lista para entrar en una relación. Conocí a quien es mi esposo, nos fuimos acercándonos poco a poco y después de varios meses, nos casamos.
Gracias a Dios nuestro matrimonio es una bendición, puedo decir que vivimos en una luna de miel y no es suerte, es a causa de la dedicación. Permanecemos aprendiendo, constantemente, en la Terapia del Amor, obedeciendo todo lo que nos es enseñado”, concluye Dayane.