LINFOMA NO HODGKIN
QUÉ ES:
Es un tipo de cáncer que se origina en el sistema linfático, el principal sistema de defensa del organismo. Alcanza las vías linfáticas y se disemina de forma desordenada.
SÍNTOMAS:
Sudores nocturnos (con o sin fiebre), sarpullido rojo, náuseas, vómitos, cansancio, inflamación indolora de los ganglios linfáticos en la ingle, las axilas y/o el cuello.
DIAGNÓSTICO:
Se realiza mediante una biopsia extrayendo el ganglio afectado para su evaluación. Según el caso, se realiza una biopsia de médula ósea.
TRATAMIENTO:
El tratamiento se realiza con quimioterapia y, en los casos donde el paciente sufre mucho dolor, puede estar indicada la radioterapia. Dependiendo del tipo, el trasplante de médula ósea también puede ser un recurso.
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La enfermedad se descubrió después de que él tuviera un dolor de cuello intenso durante varios días. Acudió al hospital y le detectaron un bulto en la garganta. “Tenía fiebre, no podía comer y estaba muy débil; me hicieron más pruebas y después de hacerme una biopsia, el diagnóstico médico fue linfoma no Hodgkin”.
Jurandir fue internado en un hospital, todos los días le daban altas dosis de morna. El médico le explicó que el cáncer era tan agresivo que ya había afectado el tórax, los pulmones y el corazón. “Estuve muy expuesto en el hospital. Los médicos me alertaron del grave riesgo de contraer alguna bacteria o una infección hospitalaria, por lo que me enviaron a casa. Sin embargo, no soportaba el dolor, mi esposa me llevó nuevamente al hospital y me internaron tres meses”, recuerda.
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Vi morir en el hospital a personas que tenían la misma enfermedad que yo… pero estaba seguro de que Dios iba a responder y que el milagro iba a acontecer.
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Sometido a quimioterapias y tomando fuertes medicamentos, no dejó que su fe se quebrantara. “Sabía que el milagro vendría de Dios. En medio de tantas dificultades y dolores, me mantuve firme en la Roca. Pensé que ya había pasado por lo peor, hasta que el médico me dio diez días de vida”.
Fe inquebrantable
Durante todo el tiempo que Jurandir luchó contra el cáncer, su esposa, Elisa, estuvo a su lado y le brindó todo el apoyo emocional y espiritual. “Estábamos en la misma Fe, orando, buscando y pidiendo a Dios un milagro”. Elisa participaba de las cadenas y propósitos en favor de la salud de su esposo. “Le dije a él: ‘¡Nos entregaremos por completo en el Altar y serás sanado!’”, dice.
Dos días después, nuevas pruebas confirmaron que estaba curado, ya que no había más rastros del cáncer en su cuerpo. “Los médicos no me creyeron y me hicieron varias pruebas para asegurarse de que me podían dar de alta. Yo exclamé: ‘¡El Señor me sanó!’, el doctor se quedó sin palabras, porque el sacrificio hablaba por mí”, dice.
A pesar de estar sano, Jurandir pasó otro mes en el hospital bajo observación. Hoy continúa con una vida bendecida. “Dios no solo me sanó, me dio una panadería y nos acercó aún más a mí y a mi esposa. Hoy estoy más saludable que en toda mi vida”.
•• Sr Jurandir.