Me realicé un examen de mama rutinario; el resultado mostró un bulto en la mama derecha, por lo que el médico me derivó a una biopsia central, para evaluar la posible presencia de un tumor. -El diagnóstico fue cáncer de mama-
¡Recibir aquella noticia me derrumbó, nunca imaginé que ese sería el resultado! El especialista solicitó una resonancia magnética, que diagnosticó algo aún peor: tenía un nódulo grande y varios alrededor. Tendría que someterme a un tratamiento neoadyuvante (sesiones de quimioterapia antes del procedimiento quirúrgico).
La fe ante la adversidad
Al principio estaba asustada, pero al conocer la fe que se enseña en la Iglesia Universal, comencé a luchar y a perseverar en las reuniones de sanidad los días martes; primero iba a la iglesia y luego al hospital para recibir la medicación.
Una nueva resonancia magnética mostró que la quimioterapia no había reducido el tamaño del tumor como se esperaba. Esas palabras no me estremecieron. En el día de la operación estuve segura de mi milagro y tuve paz. Entré al quirófano y, después de terminar el procedimiento, el médico llamó a mi hermana, y dijo que había buscado el tumor, pero no había encontrado nada. Para asegurarse del resultado, el médico realizó una nueva biopsia y, de hecho, el resultado fue negativo. Luego de casi cinco años de mi cura, continúo en la Fe, a favor de mantener una buena salud.
•• Sra. Alexandra Días