Muchas personas se encuentran padeciendo a causa de espíritus malignos, que desconocen, por eso participe de esta reunión de liberación y vea a Dios actuar en su vida.
Un punto clave para que una persona que se encuentra en tratamiento sea curada es seguir las instrucciones del especialista al pie de la letra, ya que si el paciente es inconstante al seguir las instrucciones, el doctor no se puede responsabilizar si el tratamiento falla, lo mismo acontece con una persona que está buscando su liberación espiritual.
Las enfermedades espirituales suelen ser atribuidas a espíritus malignos que entran en la vida de la persona de un momento a otro y tienen como misión destruirla por completo, los síntomas más comunes en aquellas personas que están padeciendo a causa de estos espíritus son: dolores de cabeza constantes sin explicación alguna, insomnio, ve bultos o escucha voces extrañas, nerviosismo, cambios de humor de improviso, etc., además de ir menguando la estabilidad en la vida de la persona en todos los aspectos: el matrimonio esta llegando a su fin, las enfermedades van y vienen, el dinero no alcanza y los pleitos familiares son cosa de todos los días.
La mayoría de personas que son víctimas de espíritus malignos, tienden a recurrir en busca de ayuda a lugares que profesan liberación y bienestar a través de un tratamiento, pero son estafados, porque a final de cuentas no sirve de nada, porque la solución es momentánea, esporádica y después de un tiempo las cosas no sólo vuelven a ser el mismo infierno de antes sino que además empeoran.
En la Iglesia Universal las personas vienen en busca de esa ayuda que no pudieron encontrar en ningún otro lugar, ya que estando consientes en lo mucho que han perdido, creen que el Único capaz de poderles extender la mano y ayudarles es Dios.
El obispo Jose Luiz y los pastores explican la importancia de la liberación espiritual en la vida de las personas, “como se puede llenar una vaso sucio con agua limpia.”
Para que usted pueda conquistar lo inconquistable primero busque su liberación espiritual.