El bautismo con el Espíritu Santo es una necesidad en la vida de los cristianos. Ya que el mismo (Espíritu Santo) traerá a la persona que es bautizada una fuerza para ultrapasar todos los obstáculos. Sólo aquellos que son bautizados con su Espíritu podrán permanecer firmes en la caminata. Podemos decir que es imposible seguir al Señor Jesús sin el bautismo con el Espíritu Santo. En otras palabras, ¡es imposible ser cristiano sin ser sellado con el Espíritu Santo!
Hemos visto muchos “cristianos” esforzándose por permanecer fieles a su llamado, fieles a la fe, fieles al Señor Jesús. Infelizmente, todo ha sido en vano, vivimos en un mundo rencoroso y totalmente contrario a la fe cristiana. Como Pedro que negó a Jesús porque él tenía una fe basada en lo que él sentía (sentimental). Ser cristiano significaba oponerse a los sentimientos, negando así su voluntad para hacer lo que Dios le mandé y en consecuencia correr el riesgo de perder la propia vida.
Los tiempos han cambiado; sin embargo los demonios son los mismos, el mundo es el mismo y los riesgos son los mismos. De ahí, que ser cristiano sin el sello del Espíritu Santo es la misma cosa que un mar sin agua, un bosque sin árboles, un cuerpo sin espíritu… ¡Ser cristiano sin el bautismo con el Espíritu Santo es como seguir una religión sin conocer su causa o como seguir al Señor Jesús sin conocerlo personalmente, solo porque nos hablan de Él. ¿De qué le sirve seguir al Señor Jesús por información de terceros? ¿Cuál es el beneficio que alguien puede recibir por solo saber que existe un Salvador? Ninguno, es lo mismo que una persona hambrienta, escucha hablar de una comida especial no le quitará el hambre.
Amigo lector, hay una vida maravillosa. Y eso comienza en usted, cuando recibe el bautismo con el Espíritu de Jesús. Este bautismo da al cristiano todas las condiciones necesarias y suficientes para asumir la fe y vivir por ella, sin temor de que un día va a caer en su vida cristiana.
Los frutos del Espíritu Santo son: “amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza.” (Gálatas 5:22)
Sólo aquellos que tienen el Espíritu Santo tienen tales frutos que los llevarán a tener una vida diferente. El bautismo con el Espíritu Santo nos hace conocer personalmente al Señor Jesús, además de ser guiados exclusivamente por Él. Cuando eso sucede, no nos dejamos manipular por cualquiera.
El sello de Dios nos garantiza la certeza de la salvación e impide que seamos engañados o vencidos por nuestras propias debilidades.