Nadie debe pensar que por el hecho de haber aceptado a Jesús como Señor ya pertenece al Reino de Dios. Basta usar un poquito la fe inteligente para entender esto.
¿Cómo alguien nacido de la carne (nacido de los padres biológicos) puede heredar el Reino de Dios sin haberse involucrado con el Espíritu de Dios? ¿Es posible que la carne y la sangre hereden el Reino de Dios? El texto sagrado enseña:
Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el Reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.
1 Corintios 15:50
El Señor Jesús mandó a predicar el Evangelio del Reino de Dios y proveyó Su Espíritu para atender la exigencia del nuevo nacimiento (nacimiento del Espíritu Santo), para que en el Espíritu se pueda vivir en Su Reino. ¿Es posible que alguien carnal se someta a la disciplina de Leyes espirituales? ¿Es posible que alguien que vive una vida en el desorden se sujete al Reino de la disciplina?
Los más importantes mandamientos de la Ley del Reino de Dios son: Justicia, Misericordia y Fe. Sin la práctica de estas tres características, es imposible entrar en el Reino de Dios. Y fue justamente para eso que el Señor envió al Espíritu Santo, para transformar la vida de los que quieren.
El Señor Jesús le dijo, en otras palabras, a un hombre maestro de la religión: Muchacho, no sirve de nada que seas religioso, si no naces de nuevo.
De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede VER el Reino de Dios. Nicodemo Le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
Nicodemo mostró que no había entendido nada al respecto de la nueva vida. Entonces,
Jesus respondeu: Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. Juan 3:3-6
En estos últimos versos el Señor explica que sin la exigencia del nuevo nacimiento es imposible ver y entrar en el Reino de Dios.
El bautismo con el Espíritu Santo es la marca o el sello de garantía de que la persona realmente nació del Espíritu de Dios y entró en el Reino de Dios.
El cuerpo Reino de Dios está formado por los nacidos del Espíritu Santo cuya Cabeza es el Señor Jesucristo. A causa de eso, solo la Iglesia que tiene orden, disciplina y que está sustentada por la Justicia, la Misericordia y la Fe, es realmente de Dios y las puertas del infierno no prevalecen contra ella. Mateo 16:18
Por lo tanto, el bautismo con el Espíritu Santo no es una opción. Es una necesidad para entrar en el Reino de Dios y, enseguida, en el Reino de los Cielos.